domingo, 29 de abril de 2012

La Guerra de Troya.

La epopeya bélica de Homero.

La Ilíada, el gran relato poético de Homero sobre la guerra entre Grecia y la ciudad de Troya, al noroeste del Asia Menor, constituía lectura fundamental en la antigua Grecia, donde se conocía plenamente su importancia literaria, pues, además, servía de texto básico en su sistema educativo. Los griegos consideraban este poema épico la narración de la historia de sus antepasados. Los hallazgos arqueológicos han venido a demostrar que Troya, cuyo tamaño y situación, próxima a la costa, le conferían gran importancia, fue realmente destruida por el fuego y abandonada hacia 1100 a. C. Estos acontecimientos tuvieron lugar en las postrimerías de la Edad del Bronce, y los guerreros que describe Homero emplean este metal y también el hierro. Troya se conocía asimismo en la antigüedad con el nombre de Ilión o Ilium, del que se deriva el título de la epopeya.

La narración se inicia con los personajes de Príamo y Hécuba, reyes de Troya. Al nacer Paris, uno de sus cincuenta hijos, Hécuba sueña que ha dado a luz a un personaje que destruye la ciudad. El niño es abandonado, pero sobrevive milagrosamente y se hace pastor. Años más tarde vence a sus hermanos en un combate de boxeo, es reconocido como hijo de Príamo y aceptado en la casa real.

Entre tanto, se celebra la boda del mortal Peleo con Tetis, ninfa marina. Un oráculo había predicho que Tetis tendría un hijo más glorioso que su padre: Aquiles, el mejor de los guerreros griegos. Ofendida por no haber recibido invitación para la boda, la diosa Eris, ("disensión"), envía una manzana de oro al banquete nupcial, con la siguiente inscripción: "Para la más bella". Atenea, Hera y Afrodita se autoproclaman vencedoras de la competición y Zeus designa a Paris para que juzgue quien es la más bella de las tres. Atenea le promete a Paris la sabiduría y la victoria en la guerra si gana ella, Hera el poder real y Afrodita la mujer más bella del mundo. El sensual Paris elige a Afrodita y, en consecuencia, Troya se hace acreedora de la eterna enemistad de Atenea y Hera.

El premio que obtiene Paris es Helena, hija de Leda y Zeus y esposa de Menelao, rey de Esparta, adonde acude Paris en calidad de huésped de honor y después, con la ayuda de Afrodita, se fuga con Helena a Troya.

Todos los príncipes griegos que habían sido pretendientes de Helena prometen protegerla de cualquier futuro desmán. Se reúnen a instancias de Menelao y su hermano Agamenón, rey de Argos, y emprenden una gran expedición a Áulide para ir a Troya y vengar el rapto de Helena. Al principio, dos guerreros, Aquiles y Odiseo, se resisten a formar parte del grupo. Aquiles se disfraza de mujer en la isla de Sicros, pero se traiciona cuando suena una trompeta de guerra y sólo él empuña un arma. Odiseo simula estar loco y ara el mar, pero su estratagema se descubre cuando colocan ante el arado a su hijo de pocos meses.

Después, los dos hombres deciden unirse a la expedición. Los se reúnen en Áulide, pero Artemisa, partidaria de los troyanos, detiene su flota, Agamenón se ve obligado a sacrificar a su hija Ifigenia para obtener vientos favorables. Por último, el grupo expedicionario leva anclas, rumbo a Asia Menor, establece el campamento a las afueras de Troya y se asedia la ciudad durante diez años.

En el transcurso del asedio, Agamenón se apodera de Criseida, hija del sacerdote de Apolo Crises, como botín de guerra, y en este punto se inicia La Ilíada. El sacerdote le ruega que le devuelva a su hija y, al no ser atendida su petición, implora a Apolo que destruya a los griegos. La peste asola el campamento, al cabo de unos días se desvela el motivo de la enfermedad y Agamenón entrega a Criseida a su padre. Enfurecido por la pérdida, Agamenón quiere adueñarse de otra mujer, Briseida, premio del griego Aquiles, quien se niega a continuar luchando y ora por la derrota de los griegos, que así lamentarán su ausencia. Héctor, hijo mayor de Príamo y principal guerrero troyano.dirige el avance desde Troya, llega al lugar en el que están anclados los navíos griegos y da muerte e hiere a muchos héroes. Patroclo, el mejor amigo de Aquiles, le ruega al ocioso guerrero que le preste su armadura para que los troyanos crean que el héroe está participando en el combate y se retiren. Al principio Aquiles se niega pero finalmente accede y aconseja prudencia a Patroclo, quien desatiende la advertencia y, si bien obliga a retroceder a los troyanos, muere a manos de Héctor.

Indecíblemente afligido, Aquiles regresa a la batalla en busca de venganza. En una escena célebre, persigue tres veces a Héctor alrededor de las murallas de Troya y lo mata en combate singular. Se celebran un grandioso funeral y juegos funerarios en honor de Patroclo, pero los troyano no pueden otro tanto para honrar a Héctor porque Aquiles ha escondido y profanado su cadáver. Encolerizados, los dioses obligan al héroe griego a aceptar un rescata y a devolver el cuerpo del troyano a Príamo (La Ilíada acaba con el funeral de Héctor). Aquiles muere cuando Paris le clava una flecha en el talón, su único punto vulnerable, y  su armadura va a parar a manos de Odiseo, el segundo mejor guerrero. Poco después, el arquero Filoctetes  mata de un disparo a Paris.

Troya está condenada a la caida desde la muerte del principal guerrero, Héctor. A Odiseo se le ocurre la idea de construir un enorme caballo de madera hueco en cuyo interior se esconde la flor y nata del ejército griego mientras la flota se aleja, como si aceptara la derrota. Los troyanos creen que el caballo es una ofrenda a los dioses y lo meten en la ciudad. Por la noche, los griegos salen de la esructura de madera y abren las puertas de la ciudad a los demás guerreros, que han vuelto a desembarcar. Troya es saqueada y asolada por el fuego, Príamo y sus hijos asesinados y Hécuba y las troyanas tomadas como esclavas.

sábado, 28 de abril de 2012

Perseo y Andrómeda.

Entre los episodios de la vida de Perseo destaca el del rescate de la bella Andrómeda, tema favorito del arte griego y romano de la antiguedad.


Casiopea, esposa del rey Cefeo de Etiopía, alardeaba de ser más hermosa que las Nereidas, cincuenta ninfas marinas hijas de Nereo, el Viejo del Mar, divinidad que vivía en el océano y ayudaba a los navegantes. Enfurecido por la presunción de Casiopea, Poseidón inundó el reino de Cefeo y envió un monstruo marino que asoló aquellas tierras. Cefeo consultó a un oráculo, quien le dijo que sacrificase a su hija Andrómeda, al monstruo encadenándola a una roca.

Cuando yacía sobre la roca, Perseo pasó volando por allí, se enamoró de Andrómeda y se ofreció a matar al monstruo a cambio de casarse con ella.

Cefeo aceptó la oferta: Perseo se puso la capa de invisibilidad y las sandalias aladas y liquidó al monstruo con su espada curva. Liberó a Andrómeda, la desposó y ella le dio un hijo, Perses, que heredó el trono de Cefeo.

viernes, 27 de abril de 2012

Perseo.

El que dio muerte a Medusa.


Una de las figuras que aparecen con más frecuencia en los mitos y en el arte es la de Perseo, hijo de Zeus y de su amante humana Dánae. Llegó a la edad adulta en Sérifos, isla del Egeo, en el reinado de Polidectes, cuyo hermano, el pescador Dictis, salvó al héroe y a su madre. Polidectes se enamoró de Dánae, pero ella lo rechazó. Entonces, el tirano invitó a los nobles de Sérifos a una fiesta y les exigió a todos que le regalasen un caballo. En broma, Perseo dijo que le resultaría tan fácil obtener la cabeza de una de las tres Gorgonas -monstruos con cabellera de serpientes- como un caballo; Polidectes le tomó la palabra y envió al protector de Dánae a aquella misión en apariencia irrealizable.

Pero los dioses Hermes y Atenea acudieron en ayuda de Perseo. En primer lugar, el héroe fue a ver a las Grayas, tres viejas con un sólo ojo y un sólo diente que compartían entre las tres y las únicas que podían llevarle ante las Gorgonas.Perseo les robó el ojo y el diente y se negó a devolvérselo hasta que le dieran la información que necesitaba. Las tres Grayas le dijeron que se presentará ante unas ninfas que le darían una capa de invisibilidad que le haría invisible, sandalias aladas para que volara y una bolsa de cuero. Hermes le regaló una espada curva, y con todo ello Perseo voló hasta las Gorgonas. Sólo una de ellas, Medusa, era mortal, pero cuantos miraban directamente su cara se transformaban en piedra en el acto. Perseo la vio reflejada en un escudo (según otras versiones, Atenea guió su mano), la decapitó y guardó la cabeza en la bolsa. Volvió a Sérifos volando, rescató a Andrómeda en el camino y al enseñar la cabeza de Medusa, Polidectes y sus seguidores se convirtieron en piedra. El héroe, que pasó el resto de su vida rodeado de paz y prosperidad, entregó la cabeza de la Gorgona a Atenea, que la lleva sobre sus ropas para petrificar -literalmente- a sus enemigos.

jueves, 26 de abril de 2012

Las aventuras del Argo.

Cuando el Argo llegó a Lemnos, el primer puerto de la travesía, Jasón vio que no había hombres en la isla: las isleñas los habían matado a todos cuando tomaron concubinas porque, según aseguraban los hombres, sus esposas apestaban. Invitaron a los Argonautas a los que simplemente contaron que los isleños habían tenido que huir, a que se quedaran varios meses para repoblarla. La reina Hipsípila, se emparejó con Jasón y tuvo gemelos.

Los Argonautas fueron después a Cicico, cuyo rey los recibió bien, y Heracles limpió la isla de gigantes, pero su estancia acabó con un penoso incidente. Cuando el Argo levó anclas, una tempestad lo devolvió a la orilla aquella misma noche. Creyendo que los atacaban unos piratas, los isleños abordaron el navío y los Argonautas los asesinaron, ignorantes de la identidad de los atacantes. Al descubrirse la verdad, Jasón ordenó que se celebrasen juegos funerarios en honor de los anfitriones.

En el país de los Bébrices, siguiente punto en la ruta del Argo, reinaba Amico, hijo de Poseidón, que desafiaba a los forasteros a un combate de boxeo mortal. El hombre más fuerte sobre la tierra, Heracles, se había quedado atrás, camino de Cicico, pero Amigo encontró digno rival en Polideuces, que aceptó el reto y le dio muerte.

Los Argonautas continuaron y cerca del Mar Negro se encontraron con Fineo, un anciano ciego continuamente atormentado por las Harpías, monstruos con cara de vieja y cuerpo y garras de ave que le arrebataban la comida o defecaban sobre ella. Zetes y Calais las espantaron y, agradecido, Fineo le dio a Jasón valiosas indicaciones para el viaje.

En este punto, el camino quedaba interrumpido por las Simplégades, dos enormes rocas móviles cercanas al Mar Negro que chocaban entre sí como címbalos y no permitía el paso de los navíos. Fineo había aconsejado a los Argonautas que enviaran una paloma por delante del barco, pues si el ave lograba atravesar el angosto paraje, ellos también lo harían. Como la paloma lo franqueó y sólo perdió las plumas de la cola, el Argo siguió navegando, con la ayuda de Atenea y Hera, pero perdió al timonel, Tifis, y después las rocas quedaron inmóviles para siempre.

El Argo subió por el río Fasis y arribó al fin a Cólquide, la tierra del Vellocino de Oro. El rey Eetes dijo que lo entregaría si Jasón realizaba una serie de tareas: uncir a sus bueyes, que tenían pezuñas de bronce y escupían fuego, arar con ellos unos campos plantar dientes de dragón y matar a los gigantes que nacerían de ellos. Los dioses hicieron que Medea, la hechicera hija de Eetes, se enamorara de Jasón, y ella le dio unas pociones mágicas con las que el héroe llevó a cabo las tareas impuestas. Se apoderó del Vellocino después de que Medea hubiera hechizado al dragón que lo protegía, y cuando los Argonautas escapaban de Cólquide, Medea retrasó a Eetes y sus hombres, que los perseguían, asesinando a su propio hermano, Apsirto. Después lo desmembró y arrojó los restos por la borda del Argo.

Existen múltiples versiones sobre la larga travesía de regreso del Argo a Yolco. Entre las muchas aventuras destaca el episodio en el que Medea hechiza y destruye a un gigante de bronce llamado Talos, que solo tenía un punto débil, el talón, del que partía la única vena de su cuerpo. También se cuenta que el navío recorrió el Danubio y que encalló en los bancos de arena de Sirtes, en Libia. Los tripulantes tuvieron que cargar el Argo sobre sus espaldas durante doce días. Jasón y Medea fueron a ver a Circe, la bruja de La Odisea y tía de Medea, que los purificó ritualmente por el asesinato de Apsirto, y también se toparon con otros monstruos de La Odisea antes de llegar a Yolco.

miércoles, 25 de abril de 2012

Los Argonautas.

No existe una lista definitiva de los miembros de la tripulación de Jasón, porque las familias griegas más destacadas aseguraban tener un Argonauta entre sus antepasados. Sin embargo, apenas cabe duda sobre el número, cincuenta , o sobre las figuras más famosas, entre las que se cuentan las siguientes:


Argo, carpintero del Argo.
Atalanta, cazadora, la única Argonauta.
Castor y Polideuces, los Dioscuros.
Heracles, que se quedó en tierra buscando a su amante Hilas.
Idmon y Mopso, legendarios videntes.
Linceo, de vista tan aguda que veía debajo de la tierra.
Meleagro, hermano de Deyanira, esposa de Heracles.
Nauplio, padre de Palamedes, destacado embustero que aparece en La Ilíada.
Oileo, padre de Ayax, héroe de La Ilíada.
Orfeo, gran músico, que tocaba la lira para los Argonautas.
Peleo, padre de Aquiles, héroe protagonista de La Ilíada y esposo de Tetis, ninfa marina.
Periclimeno, hijo de Poseidón. Poseía el don, otorgado por su padre, de adoptar cualquier forma en la batalla.
Telamon, padre del otro Ayax, "el Grande" uno de los héroes más famosos de La Ilíada.
Tifis, timonel del Argo.
Zetes y Calais, hijos alados de Bóreas, viento del norte. Lucharon contra las Harpías que atormentaban a Fineo.

Esto es sólo una pequeña muestra de las figuras famosas que se unieron a Jasón en su búsqueda del Vellocino de Oro.

martes, 24 de abril de 2012

Los Argonautas.

Jasón y la búsqueda del Vellocino de Oro.

Jasón llevó a cabo sus mayores proezas en el transcurso del viaje a la Cólquide para obtener el Vellocino de Oro a petición de su tío el usurpador, Pelias. El Vellocino procedía de un mágico carnero volador que había enviado Hermes para ayudar a Frixo y Hele, hijos de otro tío de Jasón, el rey de Beocia, Atamante, cuando su madrastra, Ino, puso sus vidas en peligro. Escaparon a lomos del carnero, pero Hele se cayó y se ahogó en lo que a partir de entonces se llamaría Helesponto ("mar de Hele"), Frixo logró llegar a Cólquide, en el extremo más oriental del Mar Negro, donde sacrificó el carnero a Zeus y dio su piel al rey local, Eetes, que le había ofrecido hospitalidad. Desde aquel momento Eetes guardó al Vellocino bajo la vigilante mirada de un dragón insomne.

Para el viaje, Jasón ordenó que se construyera un barco, el Argo, que, según ciertas versiones fue el primer barco jamás construido. Se encargó la fabricación al carpintero Argo, que contó con la ayuda de Atenea o Hera, y le puso una rama del roble profético de Zeus en Dodona. Dotaron al navío de cincuenta remos, uno para cada miembro de la tripulación, los Argonautas, entre los que se contaban muchos de los héroes más célebres de la mitología griega, como Heracles. Una vez acabados los preparativos, Jasón y sus compañeros levaron anclas rumbo a la tierra del Vellocino de Oro.

domingo, 22 de abril de 2012

Medea, la reina hechicera.

Tras el viaje con los Argonautas, Jasón regresó a Yolco con la hechicera Medea, personaje central del trágico epílogo de sus aventuras. el episodio corintio de la vida de Medea constituye la base de la tragedia del mimo nombre, de Eurípides. 


Al llegar a Yolco, Jasón y Medea planearon la venganza por la muerte de Esón, el rey justo, padre de Jasón, al que había ejecutado Pelias. Medea convenció a las hijas de éste de que le convertiría en un hombre joven mediante un encantamiento, pero que para prepararlo para el rejuvenecimiento primero debían cortarlo y cocinarlo. Las hijas de Pelias accedieron al plan, mataron a su padre y cocinaron su cuerpo en trozos, y entonces Medea les mostró el engaño.

A pesar de la muerte del usurpador, Jasón no pudo ocupar el trono de su padre, porque la forma en había muerto Pelias causó tal escándalo que Medea y él se vieron obligados a huir de Yolco. Fueron al Peloponeso y se establecieron en Corinto, donde tuvieron varios hijos.

Muchos años después, el rey de Corinto, Creonte, ofreció a Jasón el matrimonio con su hija por razones políticas, Jasón le propuso a Medea que se divorciasen y que emprendiera el exilio voluntariamente, pero Medea se enfureció ante semejante traición, envió unas túnicas envenenadas a Creonte y a su hija, futura esposa de Jasón, y ambos murieron entre terribles dolores.

Después, según Eurípides, les cortó el cuello a sus propios hijos para hacerle daño a su padre y escapó a Atenas triunfante, a bordo del carro de Helios, el sol, tirado por dragones, y en este momento termina la tragedia de Eurípides, mientras Jasón se queda tristemente en Corinto.

En Atenas, Medea se casó con el rey Egeo, padre del héroe Teseo, y tuvo un hijo, Medo. Medea quería que sucediera a su padre en el trono, y cuando Teseo, legítimo heredero de Egeo, llegó a la ciudad de vuelta de Trecén, Medea adivinó enseguida quien era e intentó deshacerse de él antes de que mostrase las señales de reconocimiento con las que debía revelar su identidad a su padre.

Medea convenció al rey de que el recién llegado, cuyas proezas camino a Atenas ya le habían granjeado la fama, quería deponerle y planearon juntos asesinar a Teseo en un banquete que le ofrecería para celebrar que había capturado el toro salvaje de Maratón.

Medea puso veneno en el vino de Teseo, pero cuando el héroe estaba a punto de tomarlo Egeo lo reconoció y derribó la copa. Al comprender la motivación de su esposa, la desterró para siempre de su reino y también a sus hijos.

Según ciertas versiones, después de morir, la hechicera fue a las Islas de los Bienaventurados, donde se casó con Aquiles, el gran héroe griego muerto en la Guerra de Troya.

viernes, 20 de abril de 2012

Jasón.

El gran aventurero.

Las aventuras de Jasón, príncipe tesalio de Yolco, eran tan populares como las de Odiseo. Al igual que las de  Teseo, los primeros años de la vida de Jasón, estuvieron marcados por el alejamiento de la corte y por el regreso final, aún joven, para reclamar sus derechos reales. Cuando Pelias, hermano del padre de Jasón, el rey Esón de Yolcos, se apoderó del trono, la madre del héroe lo envió al monte Pelión para que lo educara Quirón , sabio centauro que le enseñó el arte de la música, la medicina, la caza y la guerra. Al cumplir los veinte años, Jasón regresó a Yolco y en el camino se topó con un río en el que conoció a una anciana -en realidad la diosa Hera disfrazada-, quien le pidió que le ayudara a cruzar la corriente, Jasón la ayudó gustosamente y con ello obtuvo la protección de la diosa en sus aventuras.

Al ayudar a Hera a cruzar el río, Jasón perdió una sandalia y llegó a Yolcos con un pie descalzo. Un oráculo había aconsejado a Pelias que vigilase la llegada de un forastero con un solo zapato, y Pelias se asustó al ver aproximare al héroe.Accedió arteramente a cederle el trono a su sobrino si el joven realizaba una empresa en apariencia imposible, consistente en llevarse el Vellocino de Oro, que se encontraba en la Cólquide, extremo más alejado del mar Negro. Jasón aceptó el reto y rescató el Vellocino tras múltiples aventuras con su barco, Argo.

El héroe regresó a casa con Medea, hija de Eetes, y descubrió que Pelias había dado muerte a Esón. Medea ayudó a Jasón a vengar la muerte de su padre planeando el espantoso asesinato de Pelias. Muchos años después del trágico fin del matrimonio de Jasón y Medea, el héroe murió al caerle en la cabeza una pieza del Argo que estaba consagrada en un templo.

jueves, 19 de abril de 2012

Fedra, la reina trágica.

Uno de los episodios más famosos de los mitos sobre Teseo es la tragedia de Fedra, su segunda esposa, que narra Eurípides en su célebre obra Hipólito.


Tras la muerte de su esposa, la amazona Antíope, Teseo se casó con Fedra, una princesa cretense, que según ciertas versiones, era hermana de Ariadna. Hipólito, fruto de su primer matrimonio, ya era adulto, pero se negaba a mantener ningún contacto con Afrodita, diosa de la sexualidad, y prefería dedicar su tiempo a Artemisa, cazando en las montañas. Afrodita se enfadó ante semejante desprecio a su autoridad y planeó la caída de Hipólito, haciendo que Fedra se enamorase perdidamente de su hijastro, Fedra trató de ocultar su pasión, pero su nodriza se lo contó a Hipólito, que huyó, asqueado. Fedra se suicidó, pero dejó una carta en la que acusaba a Hipólito de violación. Teseo encontró la carta y, con permiso de su divino padre, Poseidón, lanzó una maldición sobre su hijo. Cuando Hipólito viajaba en su carro, un monstruo surgió del mar y asustó a los caballos, que lo arrastraron hasta que murió.

Llevaron el cadáver de Hipólito a su padre, que se enteró de la inocencia de su hijo por mediación de Artemisa y con la bendición del héroe, la diosa estableció un culto en honor de Hipólito.

martes, 17 de abril de 2012

Teseo

Héroe  y estratega ateniense.


Teseo es un héroe claramente ateniense, pero sus primeros años de vida siguen la pauta común: nacimiento insólito, regreso a su hogar abandonado a edad temprana, hazañas con monstruos para mostrar su hombría y posterior acceso al trono. El padre de Teseo era Egeo, rey de Atenas, si bien otras versiones atribuyen la paternidad del héroe a Poseidón  Egeo no tenía hijos y fue a Delfos para consultar al oráculo, que le aconsejó que no "abriera la boca del odre" hasta que llegara a su casa pues si no un día moriría de pena. Pero cuando regresaba a Atenas fue a ver al rey de Trecén, Piteo, que le emborrachó y le ofreció a su hija Etra para que se acostara con ella. La muchacha se quedó embarazada y cuando Egeo partió de Trecén le dijo que si daba a luz un niño debía ir a Atenas en cuanto pudiese levantar una roca concreta, bajo la que Egeo había dejado una espada y un par de sandalias a modo de señales de recomocimiento. El niño era Teseo y Etra le confesó su verdadero origen cuando era joven. Teseo recogió la espada y las sandalias y se dirigió a Atenas.

En el camino puso a prueba su valor derrocando a una serie de monarcas y bandidos. Cerca de Corinto, por ejemplo, mató a Sinis, conocido como Pitiocamptes ("doblador de pinos"), que ataba a los viajeros entre dos pinos doblados y después los soltaba, con lo que las víctimas se desgarraban. En Megara se topó con Escirón, que obligaba a los viajeros a lavarse los pies y mientras estaban arrodillados les empujaba al mar, donde les devoraba una enorme tortuga. Teseo lo arrojó por el acantilado. En Eleusis venció a Cerción, que obligaba a los viajeros a luchar contra él para darles muerte. Entre Eleusis y Atenas mató a Procrustes, que adaptaba a todos los viajeros a la misma cama: cortaba a los que les quedaba demasiado corta y estiraba a los que les quedaba demasiado larga. Por último, Teseo llegó a la cuidad de su padre, donde trató de envenenarle la hechicera Medea, tentativa que quedó abortada cuando Egeo reconoció la espada y las sandalias y acogió a su heredero. La primera proeza de Teseo al servicio de su padre consistió en capturar un toro (el mismo que trajera Heracles de Creta), que sembrara el terror en el Ática, por los alrededores de Maratón.

Atenas se veía obligada a pagar tributo de siete muchachos y siete muchachas a Minos, rey de Creta, y Teseo se ofreció voluntario para acompañar a las víctimas que debían servir de alimento al Minotauro, monstruoso híbrido de hombre y toro que Minos guardaba en el Laberinto, recinto subterráneo construido por Dédalo. Pero Ariadna, hija de Minos, se enamoró de Teseo y le dio un ovillo de hilo, con el que podría entrar en el Laberinto y salir volviendo sobre sus pasos. Guiado por los lejanos mugidos del monstruo, Teseo recorrió el oscuro laberinto tras los jóvenes y les dio alcance justo cuando la bestia estaba a punto de embestirlos. Se batió con ella, la mató y dirigió a los muchachos hacia la salida del recinto, donde esperaba Ariadna. Partieron hacia Grecia, pero en el camino Teseo abandonó a Ariadna. Regresó triunfal a Atenas, pero olvidó las instrucciones de su padre, que le había dicho que izara una bandera blanca si todo había salido bien o negra si la misión había fracasado. Teseo entró en el puerto de Atenas con la bandera negra ondeando, y al verla, Egeo creyó que su hijo había muerto. Tránsido de dolor, se arrojó al mar, que desde entonces se llama Egeo, y así se cumplió la profecía que hicieran al rey en Delfos (que moriría de pena). Teseo le sucedió en el trono.

Tras regresar de Creta, luchó junto a Heracles contra las Amazonas y como botín recibió a una guerrera de este pueblo, Antíope, con quien tuvo a Hipólito. Mas adelante, las Amazonas invadieron el Ática, pero Teseo volvió a derrotarlas (Antíope murió en la batalla).

Esta victoria aparece representada en el arte ateniense del siglo V a. C., y destaca la escena del Partenón.  La siguiente campaña de Teseo comenzó cuando asistió a la boda de Piritoo, rey de los lapitas, en Tracia. Los centauros atacaron a los invitados y Teseo intervino en la batalla contra ellos, que también está representada en el Partenón.

domingo, 15 de abril de 2012

Los trabajos de Heracles.

Las hazañas más famosas de Heracles se sintetizaron finalmente en el relato de los Doce Trabajos. Según la versión más extendida del mito, Hera provocó en Heracles un acceso de locura en el transcurso del cual el héroe mató a su esposa e hijos. El oráculo de Delfo le dijo que, en penitencia debía servir a Euristeo, rey de Tiro, durante doce años. Euristeo le impuso doce penosas tareas, que les narraré más adelante. Las seis primeras tuvieron lugar en el Peloponeso.


1-  El león de Nemea. Heracles fue a Nemea con la misión de matar un monstruoso león cuya piel no podía atravesar las armas normales. El héroe fabricó un enorme bastón con el que golpeó al animal, después lo estranguló y le cortó la piel con sus garras. Se la puso y se hizo invulnerable.

2-  La hidra de Lerna. Heracles tenía que matar a esta serpiente de agua; de nueve cabezas, que vivía en un pantano cerca de Lerna, pero cada vez que le cortaba una cabeza crecían dos más en su lugar. Por último le ayudó Yolao, hijo de su hermanastro Ificles, que cauterizó cada cuello decapitado con una antorcha y así impidió que nacieran más cabezas.

3-  La cierva de Cerinia. Esta bestia con pezuñas de bronce y cuernos de oro vivía en el monte Cerinia y estaba consagrada a Artemisa. Heracles debía capturarla intacta o incurriría en la ira de la diosa. Tras un año de perseguirla la hirió y se la llevó a Euristeo, a quien culpó de las heridas, con lo que evitó la cólera de Artemisa.

4.  El jabalí de Erímanto. Un jabalí monstruoso asolaba la región del monte Erímanto y se ordenó a Heracles que o capturase vivo. Cuando se dirigía allí derrotó a los Centauros. Regresó al reino de Euristeo con el jabalí, que aterrorizó de tal modo al rey que lo escondió en una tinaja de bronce.

5.  Los establos del rey Augias. Augias, hijo de Helios, poseía numerosos rebaños pero nunca se limpiaban los establos, que rebosaban de estiércol .Heracles recibió la desagradable tarea de limpiarlos en un sólo día y lo logró haciendo pasar los ríos Alfeo y Peneo por los edificios.

6.  Las aves de Estínfalo. En el lago Estínfalo, de la Arcadia, vivía una bandada de aves monstruosas con picos, garras y alas de hierro que devoraban a los seres humanos y a las que Heracles debía destruir. Las asustó tocando unas castañuelas de bronce, emprendieron el vuelo y las abatió una a una con su arco.

7.  El toro de Creta. Un toro gigantesco aterrorizaba a las gentes de la isla de Creta y Heracles lo capturó por orden de Euristeo y se lo llevó vivo a Tiro.

8.  Las yeguas de Diomedes. Heracles recibió la orden de capturar una manada de yeguas propiedad del tracio Diomedes, que las alimentaba con carne humana. El héroe lo mató y se lo dio de comer a las yeguas, a las que domó y llevó a Euristeo.

9.  El ceñidor de Hipólita. Hipólita, reina de las belicosas Amazonas de Asía Menor, poseían un hermoso ceñidor que codiciaba la hija de Euristeo. Heracles luchó contra las Amazonas, las venció, mató a Hipólita y le quitó el ceñidor a su cadáver.

10. Los bueyes de Geriones. Geriones, monstruo de tres cuerpos, vivía en el lejano occidente y tenía rebaños de bueyes, que guardaban un gigantesco boyero y sus perros. Heracles tomó prestada la Copa del Sol para navegar sobre el Océano y llegar a la cueva de Geriones. Mató a éste, al boyero y a la jauría y regresó al reino de Euristeo con el ganado. Las columnas de Heracles (Estrecho de Gibraltar) señalan esta aventura de Heracles, la más occidental.

11. Las manzanas de las Hespérides. Las Hespérides eran ninfas del lejano occidente, hijas del Titán Atlas, y cuidaban un árbol que daba manzanas de oro. Heracles mató a Ladón, el dragón guardián del árbol, robó las manzanas y se las llevó a Euristeo.

12. Cerbero. La última tarea de Heracles consistió en llevar a Euristeo el feroz perro tricéfalo Cerbero, que defendía las puertas de los infiernos. El héroe entró allí, luchó con el can, se lo presentó a Euristeo y a continuación lo devolvió a los infiernos.

viernes, 13 de abril de 2012

Heracles.

El héroe arquetípico.

Heracles, Hércules para los romanos, fue el único héroe venerado en todo el mundo griego y el único ser humano al que se concedió la inmortalidad entre los dioses. Resume gran parte de las paradojas del heroísmo tal y como aparece en la mitología griega. Venció monstruos y luchó contra la muerte para salvar a un amigo, pero fue víctima de la lujuria y la avaricia: violó a mujeres, destruyó ciudades y en un acceso de locura asesinó a sus propios hijos. En textos griegos de época posterior se transforma en héroe filosófico que elige el camino de la virtud y se somete al sufrimiento en su búsqueda, entrando así a formar parte de la tradición cristiana.

Según el mito, Heracles fue fruto de la relación adúltera de Zeus y Alcmena, descendiente del héroe Perseo. Alcmena participó involuntariamente en el adulterio, circunstancia que podría explicar por que Hera, esposa de Zeus, descargó sus celos sobre Heracles y no sobre su madre. La diosa persiguió al héroe durante toda su vida, dando lugar a muchas de sus hazañas, como los famosos Doce Trabajos, de donde deriva la explicación más común del nombre de Heracles: "Gloria de Hera". Su valor se puso a prueba a los pocos días de nacer, cuando lo colocaron en una cuna (un escudo según ciertas versiones) junto con su hermanastro Ificles y Hera envió unas serpientes monstruosas para que los mataran, pero Heracles las estranguló.

El héroe aparece con frecuencia librando combates. Mató a Cicno, el hermano ladrón de Ares, que vivía en Tracia, y al rey de Áulide Sileo, que obligaba a los forasteros a trabajar en sus viñas y después les cortaba el cuello. Luchó contra los lapitas, raza fabulosa de Tesalia, y contra los egipcios. En éstos y otros muchos mitos se representaba a Heracles como el más grande de los luchadores, cuyas hazañas le llevaron a recorrer el mundo entero. Formó parte de la expedición de Jasón  y los Argonautas y se llevó con él a Hilas, el joven que era su amante; pero un día, Hilas fue a buscar agua, le apresaron las ninfas acuáticas y Heracles pasó tanto tiempo buscándolo que el Argo levó anchas sin él.

Heracles aparece con frecuencia como esclavo de sus pasiones. La comedia griega lo presenta borracho, glotón y lascivo y, según los mitos, se acostó con las cincuenta hijas del rey Tespio en una sola noche. Fue precisamente su lujuria lo que le llevó a la muerte. Se casó con Deyanira, hija de Eneo, rey de Etolia, tras haber derrotado al dios del río Aqueloo para obtener su mano. Poco después mató al centauro Neso, que intentó violar a su flamante esposa, y mientras agonizaba le dio una poción a Deyanira que, según le aseguró, mantendría el amor de su marido eternamente. Deyanira decidió probarla cuando Heracles se enamoró de Yole, hija del rey de Écalia, Eurito, y el héroe llegó a asesinar al padre y a los hermanos de la muchacha y a saquear su ciudad para ganarla. Con la intención de recuperar el afecto de Heracles, Deyanira impregnó una camisa de su marido con la poción del centauro y se la envió; pero Neso le había mentido: en realidad, se trataba de un terrible veneno, que destrozó el cuerpo de Heracles. Afligida, Deyanira se suicidó, pero el hijo de ambos Hilo, llevó a su padre agonizante al monte Eta, donde el héroe ordenó que se construyese una pira funeraria. Heracles se tendió en la pira y le prendió fuego Filoctetes, el único de sus seguidores preparado para cumplir tan triste tarea (Por lo que el héroe, en agradecimiento, le dio su arco y sus flechas). Cuando empezó a arder la leña apareció una nube que se llevó a Heracles a los cielos entre un prodigioso despliegue de rayos y truenos. Entró en el Olimpo, reino de su padre, Zeus, donde le fue concedida la inmortalidad, se reconcilió con Hera y le dieron como esposa a Hebe, diosa de la juventud.

martes, 10 de abril de 2012

Héroes y monstruos.

Los prodigios del mundo


En la mitología griega, las hazañas de individuos intrépidos y poderosos ocupan un lugar casi tan importante como las de los dioses y se veneraba a estos héroes prácticamente del mismo modo que se rendía culto a los antepasados e incluso en muchos casos se consideraba a los héroes antepasados nacionales, fundadores de las grandes familias y ciudades de Grecia.

Los principales que habitan el mundo de las dos grandes epopeyas homéricas, La Ilíada y La Odisea, empleaban el término "héroe" como título. En estos primeros textos, la palabra parece referirse a grandes personajes, príncipes o reyes, en ocasiones con un nutrido séquito o una relación especial con los dioses del Olimpo y otras deidades, Aquiles, por ejemplo, era hijo de Tetis, Sarpedón de Zeus y Odiseo el favorito de Atenea.

Para Homero (h. 750 a. C. o antes), los héroes eran figuras del pasado, no merecedores de culto religioso ni con una posición especial después de la muerte, mientras que para Hesíodo (h. 700 a. C.) constituían una de las cinco razas de hombres que habían existido hasta entonces, un grupo especial que en la época del escritor vivían bajo la tierra y recibían ofrendas y honores de los vivos. En el siglo V a. C. el culto a los héroes se había convertido en una forma popular de adoración religiosa: se creía que la persona que tenía a un héroe de su parte contaba con grandes ventajas y se les presentaban ofrendas especiales a estos personajes en santuarios normalmente construidos en el lugar de sus supuestos enterramientos o muerte. Existían numerosos héroes locales y se honraba a muchas figuras míticas en emplazamientos concretos: a Edipo en Colona, a Ayax en Salamina y a Teseo en Atenas.

Los antiguos griegos creían que honrar a un héroe con ofrendas rituales contribuía a  garantizar su ayuda en épocas de crisis; mientras que ofenderlo conllevaba el riesgo de incurrir en su cólera. Los héroes podían mostrar poderes benéficos y maléficos, Heracles, por ejemplo, el gran civilizador que libró al mundo de monstruos, sufrió un acceso de locura transitorio provocado por la diosa Hera  y asesinó a su mujer, Megara, y a sus hijos. Edipo, rey tebano bondadoso y sabio, cometió inadvertidamente los monstruosos crímenes de parricidio e incesto.


MONSTRUOS.


Los héroes griegos se enfrentaban con frecuencia a seres monstruosos. Estos son algunos de los más destacados.


Equidna, con la parte superior del cuerpo de ninfa y la inferior de serpiente repulsiva. Hija de Forcis y Ceto o de Tártaro y Gea según versiones. Fue madre con Tifón de otros monstruos: Cerbero, Ortro, Quimera, Esfinge, Hidra de Lerna, Ladón, León de Némea y el dragón de la Cólquida.


Las Gorgonas, tres mujeres, Esteneo, Euríale y Medusa, con serpientes por cabellera, cuya mirada convertía a las personas en piedra.


Las sirenas, seres femeninos generalmente representados con alas que con sus cantos hechizaban a los navegantes, los cuales encontraban así la muerte.


La Esfinge, literalmente "estranguladora", con rostro de mujer, cuerpo de león y alas de ave. Planteaba acertijos  y destruía a quienes no los resolvían.


Las Grayas, las "viejas", tres hermanas de las Gorgonas que compartían un ojo y un diente.


La Hidra de Lerna, "serpiente de agua", enorme serpiente con más de nueve cabezas.


Cerbero, perro tricéfalo que guardaba los infiernos.


La Quimera, ser semejante a un león con una cabeza de cabra en la espalda y una serpiente por cola que escupía fuego.