domingo, 30 de septiembre de 2012

Diosas y espíritus femeninos.

Freyja, las Manzanas de Oro, las Valquirias y las Nornas.

Suele subestimarse  a la principal diosa de los Vanir, Freyja, hermana de Freyr, cuyo nombre significa "señora", porque la literatura resalta más a las deidades masculinas; pero se trata de una figura poderosa, venerada no sólo por las mujeres (que dejaron pocos testimonios), sino también por reyes y héroes. Compartía con los Vanir los símbolos del jabalí y el barco y se la vinculaba con el culto al caballo, aunque su carro iba tirado por gatos. Según cierta tradición, estaba casada con su hermano, algo habitual entre los Vanir. Circulaba el rumor de que concedía sus favores libremente a todos los dioses y aceptaba como amantes a reyes humanos, a quienes apoyaba durante su reinado y recibía tras la muerte. Se cuenta que Jarl Hakon, el último pagano que reino en Noruega, era devoto de la diosa Torgerd, quizás la esposa de Freyr, Gerðr, y podía identifcarse a ambas con Freyja. Al igual que Freyr, se asociaba a Freyja con la riqueza: derramaba lágrimas de oro y poseía un hermoso collar, símbolo de la Gran Diosa de época muy anterior.

Otra figura que podría asimilarse a Freyja es la diosa Gefiun, que transformó a sus cuatro hijos en bueyes y desprendió una porción de Suecia para formar la isla danesa de Selandia. Los dos nombres de Freyja, Gefiun y Gefn, derivan del término que designa "dar", y Freyja era una diosa que daba, que concedía fertilidad a la tierra y al mar y ayuda en el matrimonio y el parto. Una parte de su culto se vincula con la conservación de la familia, otra con el desenfreno sexual y con la magia negra. En las sagas islandesas se recuerda un ritual conocido como seid, en el que una mujer viaja por la tierra y contesta desde una elevada plataforma a las preguntas sobre el futuro que le planteaban, algo que freyja enseño a los dioses.Existen testimonios de que la diosa tenía sacerdotisas a su servicio, una de las cuales podría haber sido la mujer de alto rango enterrada en el barco de Oseberg, al sur de Noruega, en el siglo IX, con símbolos de fertilidad como manzanas y frutos secos y un esplendido carro procesional. Frigg, esposa de Odín, presenta muchos puntos en común con Freyja, y posiblemente ambas derivan de la diosa germánica Frea, de época anterior. Ambas podrían viajar en forma de ave y se las describe como diosas que lloran (quizá lamentando el destino de sus hijos y amantes).

Un mito posterior sobre Freyja, probablemente elaborado por un narrador cristiano, cuenta como obtuvo su famoso collar, obra de cuatro artesanos enanos, Freyja lo deseaba e intentó comparlo, pero el precio que pusieron los enanos consistía en pasar una noche con cada uno de ellos, a lo que Freyja accedió con tal de poseer la joya. Loki se lo contó a Odín, y éste le ordenó que robase el collar. Loki entró en forma de mosca en la alcoba de Freyja mientras dormía, se transformó en pulga y la picó, obligándola a darse la vuelta en la cama, de modo que pudo abrir el broche y quitarle el collar. Al descubrir su ausencia, la diosa sospechó que era obra de Odín y le exigió que se lo devolviese. Odín accedió, a condición de que Freyja provocara la guerra entre dos poderosos reyes, algo que le convenía a Odín. A continuación, el relato desemboca en una de las grandes leyendas heroicas de la época vikinga.

La idea de diosas madre y deidades femeninas asociadas con lagos y arroyos especiales de la primera época en el norte de Europa se prolongó hasta la época vikinga. Algunas se transformaron en espíritus locales; otras fueron sustituidas por la Virgen María con la llegada del cristianismo. Los espíritus femeninos también prestaban ayuda en tareas propias de mujeres.

Varios grupos de espíritus femeninos pertenecían a los Vanir estaban vinculados con la guerra. Los principales eran las Valquirias que elegían a los muertos, enviadas por Odín para decidir el curso de la batalla y para llevar a los difuntos nobles al Walhalla. En la literatura de la época vikinga se les presenta como mujeres nobles armadas con lanzas que van a caballo, pero existe también una tradición de gigantas temibles que se aparecen en sueños como presagios de la muerte inminente, derraman sangre sobre la tierra y devoran hombres en la batalla o cabalgan sobre lobos en compañía de cuervos, aves que se ceban en los cadáveres. Las Valquirias también presenta otro aspecto, el de espíritus protectores de la familia: en calidad de tales amparan a jóvenes príncipes, les dan nombre y espada, son sus esposas sobrenaturales, les enseñan la tradición bélica, los protegen en la guerra y los reciben en el túmulo cuando mueren. Existen múltiples nombres de Valquirias: los más sencillos significan "batalla", como en el caso de Hild, y muchos de ellos son invenciones poéticas, carentes de base mitológica.

También hay diosas individuales de las que apenas se sabe nada, como Skaði, esposa de Njord, que lleva arco y eskíes, y Nanna (esposa de Balder), Sif (esposa de Thor y Sigyn (esposa de Loki) son poco más que nombres. Todo parece indicar que Rán, casada con el dios del mar, recibía a los marineros ahogados en su palacio y era una personificación del océano, al igual que su esposo.

Suscitan mayor interés las Nornas, diosas o gigantas que decidían la suerte de los seres humanos y de los dioses. Visitaban las cortes reales para trazar el destino de los príncipes recién nacidos, y se las asociaba con el Manantial del Destino, el arroyo que discurre bajo el Árbol del Mundo, fuente del conocimiento secreto. En algunos casos se mencionan tres Nornas, en otros, un grupo mayor. También estaba muy extendido el culto a las Disir, diosas a las que, según la tradición, se ofrecían sacrificios a veces humanos, en Upsala. Se cree que su principal festividad se celebraba en otoño, al comienzo del año nuevo, coincidiendo con el gran festival en honor de los dioses.



sábado, 29 de septiembre de 2012

Los espíritus de la tierra.

Los espíritus de la tierra moraban en colinas, cascadas, lagos, bosques o grandes rocas.

En muchos relatos se habla de los colonos que llegaron a Islandia en el siglo IX y establecieron contacto con los espíritus de la nueva tierra, que les ayudaron a cambio de ofrendas de alimento. Estos espíritus prestaban ayuda en la caza, la pesca y la cría de animales domésticos y daban buenos consejos sobre el futuro en sueños. Un granjero que había perdido gran parte de su ganado se asoció con un espíritu de la tierra y un extraño macho cabrío se unió a su rebaño, tras lo cual sus cabras se multiplicaron. Entre estos espíritus también había gigantes benévolos de las montañas, que protegían a hombre y mujeres de los seres hostiles y los ayudaban cuando hacía mal tiempo. La creencia en estos benefactores sobrenaturales queda reflejada en la tradición folclórica de Escandinavia y de otros países europeos, que se mantuvo hasta mucho después de la llegada del cristianismo. Los espíritus estaban siempre dispuestos a defender la tierra contra los enemigos y mostraban su ira contra los infractores de la ley. Resulta difícil distinguir claramente a estos seres de los Vanir, pero todo parece indicar que a los espíritus de la tierra se les rendía culto individual, no colectivamente.

viernes, 28 de septiembre de 2012

El cortejo de Gerðr.

Freyr osó sentarse en el trono de Odín, desde el que contempló los mundos inferiores. En los infiernos vio a la bella Gerðr y le embargó un irresistible deseo de poseerla.

Freyr pensó que le resultaría imposible obtener a Gerðr en el reino de los gigantes hostiles. Skaði, su madre, le rogó a Skírnir (personaje que sólo aparece en el relato titulado: Skírnismál) que ayudase a su hijo, y Freyr le dio un caballo y una espada mágica para el viaje, largo y peligroso. Al llegar el palacio de Gymir, padre de Gerðr, el caballo saltó sobre las llamas que rodeaban el edificio y le ofreció a Gerðr once manzanas de oro y el anillo de Odín que concedía riquezas, pero Gerðr se negó a casarse con Freyr, aún cuando Skírnir la amenazó con la espada. Por último, Skírnir la convenció de que su negativa desencadenaría la ira de los dioses y Gerðr accedió al matrimonio.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Freyr y los Vanir.

Dioses del cielo, de la tierra y del agua.

El principal dios escandinavo de de la fertilidad y la abundancia es Freyr, nombre que significa "señor", posiblemente empleado como título. Es uno de los Vanir, un grupo de deidades masculinas y femeninas asociadas fundamentalmente con las profundidades de la tierra y del agua enfrentadas a los Aesir, dioses del cielo. Los Vanir llevaban paz y prosperidad a la tierra y apoyaban a los señores de la tierra mientras no cometieran ningun delito. El culto a Freyr gozó de popularidad en Suecia en la época vikinga y se propagó poco a poco hasta Noruega e Islandia. En las sagas islandesas aparecen familias que adoraban al dios y lugares consagrados a él. Al igual que Odín y Thor, Freyr proporcionaba ayuda y consejo, y la adivinación desempeñaba un papel importante en su culto. Seguramente, se identificó con él a los reyes Yngling de Upsala, Suecia, tras su muerte, se creía que estos monarcas habían traído la prosperidad a la tierra. Se depositaban ofrendes de oro y plata en el túmulo de Freyr y llevaban la imagen del dios en un carro por Suecia para que bendijera las granjas, al igual que viajara por Dinamarca la diosa de la tierra Nerthus varios siglos antes, según el romano Tácito.

Uno de los símbolos de los Vanir era el jabalí de oro, que recorría el cielo y penetraba en la tierra bajo la forma del sol. Aunque no era dios del cielo, Freyr vivía con los Aesir, y el sol desempeñaba un importante papel en su culto. Era dios de la paz, pero los guerreros llevaban el símbolo del jabalí en los yelmos como protección en la batalla. Los yelmos con jabalíes de los reyes suecos de Upsala (los Ynglings) constituían tesoros nacionales. También los caballos estaban consagrados a Freyr, y se creía que el dios guardaba varios en su templo.

Otro de los símbolos de los Vanir era el barco, y Freyr tenía uno especial, en el que viajaba a donde deseaba: podía albergar a todos los dioses, pero cuando no se utilizaba se doblaba y metía en una bolsa.A partir del siglo VII las familias reales y también las gentes de menor rango celebraban funerales en los barcos: se enterraban a hombre y mujeres en navíos o botes, o se les incineraba con ritos crematorios, costumbre de la que se desprende una posible relación con el culto a los Vanir. El padre de Freyr era Njord, deidad de cierta importancia en la época vikinga asociada con los barcos y el mar. Su madre era   Skaði   diosa misteriosa que viajaba sobre esquíes y cazaba en los bosques septentrionales. Un fascinante fragmento poético narra la ruptura del matrimonio de Njord y  Skaði: el marido no soportaba vivir lejos del mar, mientras que la esposa solo era feliz en las montañas.

Freyr cortejó a Gerðr, hermosa muchacha de los infiernos, hija de un gigante, y se casó con ella. Su unión podría simbolizar el calor del sol que penetra en la tierra y produce maíz, y las laminitas de oro con las figuras de un hombre y una mujer abrazados o con una rama entre ellos, halladas en los cimientos de casas y en emplazamientos sagrados, podrían representar ese matrimonio del dios y la diosa de los Vanir.

A parte de Freyr y Njord, quizá también pertenecieron a los Vanir Balder y  Heimdallr, llamado el Dios Blanco.  Heimdallr  estaba vinculado al mar y le habían dado a luz nueve doncellas gigantescas. En un antiguo poema titulado: Rígsþula, aparece engendrando niños en el mundo humano. Se vincula con Freyr al germánico Ing, considerado fundador de la dinastía de los Yngling.

Las diosas son también miembros importantes del grupo de los Vanir y por lo general se las representa como hijas de gigantes de los infiernos. Existían además los elfos, frecuentemente mencionados en la poesía junto a los Aesir, y los espíritus de la tierra, seres sobrenaturales adscritos a determinados lugares que podían prestar ayuda a los labradores y pescadores. Había asimismo gigantes sabios (distintos a los gigantes de hielo), capaces de recordar las épocas más primitivas, antes del advenimiento de los dioses del cielo.

Ningún monarca podía olvidarse de los Vanir, porque se creía que las buenas cosechas y los reinos prósperos dependían de su beneplácito, y se conservan relatos sobre los primeros reyes que fueron depuestos o incluso asesinados por el pueblo cuando los dioses les negaron buenas cosechas.


martes, 25 de septiembre de 2012

Thor y la pesca de la serpiente de Midgard.

Uno de los mitos más populares de la época vikinga trata sobre la visita de Thor al gigante marino Hymir. El encuentro se describe en alguno de los poemas más antiguos que se conservan,  y aparece en tres piedras talladas de la época. Existe una piedra del siglo VIII hallada en Gotlandia que probablemente representa a Thor con cabeza de buey, remando en la barca de un gigante.

Según este relato, Thor fue al mar disfrazado de joven y le preguntó al gigante si podía acompañarlo a pescar. Al principio, Hymir no parecía muy dispuesto a llevarle y le dijo que debía buscar su propio cebo; entonces Thor se acercó al rebaño de bueyes del gigante, mató al más grande y se llevó la cabeza.

Partieron en una barca y Thor remó con enorme fuerza hasta que se encontraron fuera de la zona en la que solía pescar el gigante. El dios puso como cebo la cabeza del buey y la lanzó por la borda. La cogió la Serpiente de Midgard, que estaba en las profundidades del mar, y Thor tiró hasta que la cabeza del monstruo apareció sobre las olas.

La fuerza de Thor fue aumentando a medida que tiraba, y llegó a apoyar los pies en el lecho marino. La serpiente escupió veneno, Thor la miró y alzó su martillo, pero el gigante, presa del pánico cortó el sedal.

Según la Edda en prosa de Snorri, los  narradores no coinciden en que Thor golpeara a la serpiente, pero se creía que el monstruo escapó y regresó al mar, mientras que Thor arrojó al gigante por la borda y nadó hasta la orilla.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Thor.

El dios del trueno
Deidad de la comunidad, guardián de quienes cultivaban la tierra y se reunían en asambleas locales, Thor era asimismo dios del cielo, semejante a Júpiter y Zeus, con su hacha-martillo como símbolo del rayo y el trueno. Rayos y truenos señalaban su tránsito por los cielos y ante él temblaban rocas y montañas. Existen numerosos relatos, tan humorísticos como crueles, sobre sus expediciones a Jötunheim, donde mató a los gigantes enemigos de los dioses. Era un personaje muy popular, representado como una figura enorme pero entrañable que no iba a caballo sino a pie y atravesaba vigorosamente los ríos o a veces conducía un carro tirado por dos machos cabríos, Tanngrishir y TanngnjóstrCélebre por su prodigioso apetito, era capaz de merendarse sus propias cabras, recoger sus huesos y devolverles la vida con el poder de su martillo.

Se cree que su barba pelirroja representa el rayo (tal vez por las líneas rojas del rayo cuando cae sobre un árbol), y también destaca por sus ojos fieros, su tremenda fuerza y una temible cólera. En las estelas conmemorativas el martillo aparece sujeto a una cuerda,  y en algunos casos lo arroja sobre el cráneo de sus enemigos.

En el antiguo poema, Þórsdrápa, se habla de la visita de Thor a los dominios del gigante Geirrøðr, incitado por el malicioso Loki. Thor tuvo que hacer acopio de toda su divina fuerza para cruzar un turbulento río y evitar morir aplastado por las dos hijas del gigante, Gjálp y Greip, a las que también mató. Otro mito narra el famoso duelo con el gigante Hrungnir, que había logrado entrar en Asgard. Le lanzó a Thor una piedra de amolar, y un fragmento se alojó en la cabeza del dios, pero abatió a su adversario con el martillo. Su peor enemigo era la Serpiente del Mundo, a la que en una ocasión alzó del lecho marino. El dios del cielo que vence al monstruo del caos en el momento de la creación, idea muy extendida, podría ser una forma más primitiva de este mito, pero en la versión de la época vikinga, Thor derrota a la serpiente en Ragnarok y después lo destruye el veneno del monstruo.

A Thor no le servía de nada su fuerza cuando le engañaban con artes mágicas. En un viaje al misterioso reino  de Utgard, el dios encontró a un gigante tan descomunal que pudo entrar en su guante como si se tratase de un salón. El gigante Skrýmir le dio un cuerno de cerveza para que lo vaciase, pues el mar lo llenaba continuamente, le puso a luchar con Age (Elli), que derrotaba a los más fuertes, y le retó a levantar del suelo un gato gris, que en realidad era la Serpiente del Mundo, Jörmundgande, todas ellas tareas irrealizables, pero Thor hizo alarde de tal fuerza que el gigante quedó atemorizado:el nivel del mar descendió con la bebida que consumió el dios y el mundo estuvo al borde de la destrucción cuando levantó una pata del gato (podría tratarse de otra versión del mito en el que Thor alza la Serpiente del Mundo de las profundidades del océano).

La madre de Thor era Fjörgyn, nombre aplicado a la tierra por los poetas, y poco se sabe de su esposa Sif, salvo que destacaba por su pelo dorado, que cortó en una ocasión el malvado Loki; pero el embustero se asustó tanto ante la ira de Thor que ordenó a los enanos los hijos de Ivaldi, Brok y Sindri que confeccionasen una cabellera de oro puro para Sif, Skidblandner. Este suceso tuvo importantes repercusiones para los dioses, pues continuó con la fabricación de algunos de sus tesoros más valiosos, como el martillo de Thor, Mjölnir, el anillo de Odín, Draupnir y el barco de Frey, Skíðblaðnir.

Thor tuvo con Sif dos hijos: Þrúð la mayor y Móði. Aunque también se le conoce otro hijo con la giganta Jarnsaxa, llamando Magni. Además el dios también tiene un hijastro llamado Ullr que es hijo de Sif, pero se desconoce el padre.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Balder, hijo de Odín.

Muchos de los viajes de Odín estuvieron motivados por su deseo de conocer el futuro. Consultó las runas y la cabeza del gigante sabio Mimir, muerto a manos de los Aesir. Realizó peligrosos periplos para ver a otros gigantes célebres por su sabiduría e incluso convocó a los difuntos para interrogarlos. Por ello se enteró de que estaba destinado a que lo devorase el lobo Fenrir y de que Loki conspiraba constantemente contra los dioses.


La primera amenaza grave que recibió Odín sobrevino con la pérdida de su hijo Balder, el más hermoso de los dioses y uno de los mas amados por Odín y su esposa Frigg, aunque en la tradición danesa no se le recuerda como dios sino como guerrero e hijo de Odín que luchó sobre la tierra. Balder sufría terribles pesadillas, y para protegerlos, Frigg pidió a todos los seres creados, incluso a los árboles y plantas y a todos los objetos de mental, madera y piedra, que jurasen que nunca la harían daño. Después los dioses se divertían arrojándole armas a Balder, a sabiendas de que no le ocurriría nada. Pero Loki descubrió que una pequeña planta, el muérdago, no le había prestado juramento a Frigg, porque la diosa la consideraba demasiado joven para producir daño. Loki la transformó en dardo y se la dio al dios ciego Höðr, que la lanzó contra Balder dejando que Loki le guiara la mano para dar en el blanco. Cuando el dardo atravesó a Balder, el dios cayó muerto y Odín y las demás deidades recogieron su cadáver y lo tendieron en una pira funeraria construida con su propio barco, junto al cuerpo de su esposa, Nanna, que había muerto de pena, y el de su caballo.

Tras la muerte de Balder, Frigg rogó que alguien fuese a Hel, el reino de los muertos, e intentase traer a su hijo, y fue Hermóðr el Temerario, hermano de Balder, quien se ofreció voluntario. Partió en el caballo de Odín, Sleipnir, y cabalgó durante nueve días y nueve noches por valles oscuros y profundos hasta llegar a un puente de oro que cruzaba el Rio Gjöll. La doncella que lo custodiaba le dijo que no podía ser un difunto, porque el puente resonaba bajo los cascos del caballo, algo que no había ocurrido cuando pasaron por él cinco huéspedes de los muertos, hacía poco. Cuando Hermóðr le respondió que estaba buscando a Balder, la doncella le indicó que siguiera el camino septentrional, hasta las puertas de Hel, y Sleipnir cubrió la distancia sin esfuerzo. Hermóðr entró en el salón en el que Balder estaba sentado y se quedó allí tres noches. Le rogó a Hel, la reina cuyos dominios llevaban su nombre, que le permitiese a Balder regresar con él, pero ella replicó que sólo lo conseguiría el llanto de todas las gentes y las cosas del mundo entero.

Hermóðr volvió a Asgard con el anillo, Draupnir, que había sido quemado en la pira funeraria de Balder, como prueba de que había cumplido la misión. Después se enviaron mensajeros para que pidieran a todos que demostrasen con lágrimas su amor por Balder, que así, podría abandonar Hel. No sólo lloraron hombres y mujeres, sino piedras, árboles y metales, como lloran estas cosas cuando sobrevine el deshielo. Pero los mensajeros encontraron a una giganta que vivía en una cueva que se negó a llorar, aduciendo que a ella Balder no le servía de nada. Pensaron que la giganta era Loki disfrazado, que quería impedir el regreso de Balder.

Y así, el dios permaneció en Hel, y cuando se supo de la responsabilidad de Loki, el dios tuvo que escapar a la cólera de los dioses y esconderse en un río adoptando forma de salmón. Lo apresaron en una red que él mismo había inventado, y los dioses lo ataron sobre tres rocas, con unas serpientes que vertían veneno sobre su cara. Sigyn, su fiel esposa intentaba recoger las gotas de veneno en una vasija, mientras las convulsiones de Loki provocaban terremotos. Permaneció atado hasta que pudo librarse en   Ragnarök , el juicio final de los dioses, y atacar Asgard con los gigantes.

La muerte de Balder supuso el primer paso hacia   Ragnarök , cuando Odín fue devorado por el lobo, Fenrir y vengado por su joven hijo Viðarr, que despedazó a la bestia. Viðarr fue uno de los hijos de los dioses que sustituyeron a sus padres después de Ragnarök.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Odín.

Señor de Asgard.

En las creencias vikingas, Odín, el Todo-Padre, era señor de Asgard y heredero de la lanza de Tiwaz, que le confería el dominio en las batallas. Su antecesor, Wotan, era el dios supremo de los longobardos y otras tribus germánicas. Al igual que Wotan, Odín estaba estrechamente vinculado con los infiernos y los muertos. Era dios de los reyes, apoyaba a los jóvenes príncipes prometedores y les daba espadas mágicas y otros regalos en señal de su predilección, pero los destruía implacablemente cuando llegaba el momento. La cremación, necesaria en muchos casos para deshacerse de los cadáveres después de la batalla, se asocia con el culto a Odín.

Existen numerosos relatos sobre los fieles seguidores de Odín, los berserks, que llevaban pieles de oso o de lobo en combate y se entregaban a un éxtasis que les insensibilizaba al dolor. Odín también podía conceder el don del éxtasis a poetas y oradores, y en la poesía islandesa existen numerosas referencias al aguamiel mágica que obtuvo el dios, que concedía la inspiración. Odín otorgaba riquezas a sus seguidores, simbolizadas por su anillo, Draupnir, que se multiplicaba para garantizar una buena cantidad de oro.

Además, Odín era dios de la magia y la adivinación, sobre todo en el contexto militar. Se le ofrecían sacrificios de prisioneros de guerra, a quienes se ahorcaba o apuñalaba. Tales sacrificios podían ser una forma de adivinación, pues se creía que los últimos movimientos de la víctima predecía la victoria o la derrota. El propio Odín se ofreció en sacrificio ahorcándose del Árbol del Mundo con el fin de conocer los símbolos rúnicos empleados en la adivinación y dio un ojo para obtener el conocimiento, tras lo cual se presentó en la tierra en forma de anciano tuerto, con una capa y un sombrero de ala ancha o capucha. Iba constantemente acompañado por seres que frecuentan el campo de batalla, lobos y cuervos, y dos de estas aves le llevaban las noticias de las batallas del mundo entero. Poseía gran habilidad para cambiar de forma y enviar su espíritu convertido en ave u otro animal, circunstancia que, junto a la capacidad de viajar al reino de los muertos, le asemeja a los chamanes de los pueblos del norte de Eurasia.

martes, 18 de septiembre de 2012

Ragnarok.

Tras liberarse de sus ataduras, Loki dirigió a los gigantes en la última gran batalla contra los dioses, Ragnarok. Los gigantes, que codiciaban los tesoros de los dioses y a la diosas Freyja, amenazaron con volver a implantar el caos y la esterilidad. Odín reclutó a los mayores héroes del Valhalla caídos en combate para que apoyasen a los dioses y Tor mantuvo alejados de Asgard a los gigantes con su martillo hasta Ragnarok.

En un poema titulado Völuspá (La profecía de la Vidente), fechado h. 1000, se describe la creación y destrucción del mundo, como un visión. En Ragnarok, los hijos de Múspell, de la región del fuego, destruyen el puente Bifrost, mientras los gigantes llegan por mar con Loki como timonel. Los monstruos se liberan y el lobo Fenrir devora a Odín. Tor mata a la Serpiente del Mundo, pero su veneno lo destruye. Surt, gigante de fuego, incendia la tierra; el cielo se desploma y el mar se traga la tierra. Pero aún no ha llegado el fin, porque la tierra vuelve a emerger, verde y hermosa, una pareja humana que se ha refugiado en el Árbol del Mundo repueblan, los cielos y la tierra y un sol nuevo y más brillante recorre el cielo.


Este cuadro de destrucción podría haberse inspirado en parte de la terribles erupciones que sufrió a comienzos de la Edad Media el volcán Hekla, de Islandia, pero sean cuales fueran los orígenes de la idea, los testimonios del arte y la literatura indican que Ragnarok ejerció una fuerte influencia sobre la imaginación de la época vikinga.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Loki

El embustero, el lobo y la última gran batalla.

Loki, que desempeña un importante papel en los mitos septentrionales, es una figura de embustero, ladrón y difamador, que abusa de los dioses y les pone en peligro con sus travesuras pero que también es capaz de salvarlos con su astucia. Aunque es compañero de Odin y de Tor, engendra a los monstruos que los destruirán y provoca la muerte de Balder con su maldad. No se sabe con certeza si se trata de un gigante o de un dios, pero no cabe duda de que hasta cierto punto es una figura creadora, encargada de que los enanos fabriquen algunos de los tesoros de los dioses y padre del caballo de Odin, asi como de monstruos: la Serpiente del Mundo y Hel, reina de los muertos.

Uno de los seres monstruosos engendrados por Loki es el lobo Fenrir. Creció entre los dioses y sólo Tyr, que parece una forma posterior de Tiwaz y dios de las batallas, se atrevía a darle de comer. El animal rompía todas las cadenas, y Odin ordenó a los enanos que confeccionasen una cinta mágica, suave como la seda pero increíblemente fuerte, con cosas impalpables como la raíz de una montaña y el ruido de un gato en movimiento. El lobo empezó a sospechar y no permitió que le colocaran la cinta alrededor del cuello a menos que uno de los dioses le metiera la mano entre las fauces en prueba de buena voluntad, algo que sólo Tyr accedió a hacer. Al apretar la cinta, todos los dioses se echaron a reír, todos menos Tyr, que perdió la mano derecha. Colocaron una espada entre las fauces del animal y lo ataron a una enorme roca, y así permaneció hasta Ragnarok.

En castigo por causar la muerte de Balder, ataron a Loki sobre tres rocas de las que no podría liberarse hasta la última gran batalla, momento en el que se unió a los gigantes para atacar Asgard en Ragnarok. En el transcurso de la batalla, Loki y su peor enemigo, Heimdall, centinela de los dioses, lucharon y se mataron entre sí.

domingo, 16 de septiembre de 2012

La fortificación de Asgard.

Cuando los dioses establecieron el reino de Asgard vieron que necesitaba una muralla alrededor.


Un hábil artesano se ofreció a construirla, pero exigió en pago la luna y el sol y a la diosa Freyja como esposa. Los dioses accedieron a condición de que acabase la obra en un invierno y de que no le ayudara ningún hombre, convencidos de que la empresa estaba fuera del alcance de sus posibilidades y de que no tendrían que pagarle. Pero el constructor contó con la ayuda de su caballo, Svaöilfar, un semental de gran fuerza e inteligencia que por la noche izaba piedra y realizaba el doble del trabajo de su amo. Para consternación de los dioses, la muralla estaba casi acabada tres días antes de la llegada de la primavera. Le echaron la culpa a Loki, quien les había convencido de que firmaran el acuerdo, y fue él quien decidió actuar. Se transformó en yegua y el semental lo siguió, de modo que la muralla no se llegó a terminar. El constructor se encolerizó terriblemente, y al descubrir que era un gigante enemigo de Jotunheim, los Aseir (dioses del cielo) acudieron a Tor, que lo mató con su martillo. El fruto de la unión de Loki con el caballo fue un potro gris con ocho patas, Sleipnir, la famosa montura de Odin, con el que cabalgaba entre los mundos

jueves, 13 de septiembre de 2012

La cosmogonía de la época vikinga.

El Árbol del Mundo y sus dominios.


Los poemas mitológicos islandeses reflejan un profundo interés por la creación del mundo y su destrucción y recreación definitivas. Se representa la tierra como un círculo de tierra rodeado del océano. En las profundidades del océano yace la Serpiente del Mundo, y en el centro de la tierra hay un magnífico árbol, el Fresno del Mundo, Yggadrasil, cuyas raíces descienden hasta los infiernos, y por encima de él borbotea un torrente, fuente de la sabiduría oculta. Una ligera ardilla recorre el tronco de arriba a abajo, transmitiendo mensajes entre el águila de la copa y la serpiente que roe las raices. Un ciervo se alimenta de sus ramas y de sus cuernos surgen tumultuosos ríos. También pasta aquí una cabra que no da leche sino aguamiel para los guerreros del palacio de Odin, Yggdrasil probablemente significa Caballo de Ygg, uno de los nombres de Odin, dios que, según el mito, se autoinmoló, colgándose del árbol, para obtener poder sobre las runas que concedían el conocimiento a quienes sabían interpretarlas. De Yggdrasil cae rocío sobre la tierra y sus frutos ayudan en los partos. Es el árbol guardián de los dioses que se reúnen en consejo bajo su dosel , y símbolo de la universalidad, que vincula las diferentes razas de seres y constituye el centro de nueve mundos. Cabe la posibilidadde que la concepción anterior del universo se basara en este árbol, sobre el que se asentaban nueve mundos superpuestos.

A partir de los datos con que contamos resulta difícil trazar un diagrama o mapa cosmológico consistente, y no cabe duda de que existían diversas tradiciones. Se dice que dos razas de dioses, los Aesir (dioses del cielo), y los Vanir (dioses de la tierra) moran en Asgard, situado en los cielos; pero los Vanir también tienen sus propios dominios, Vanaheim, debajo de la tierra. Entre las raices del árbol se extiende Jotunheim, el país de los gigantes, y existe también un reino de los muertos, gobernado por Hel, hija de Loki el embustero. En los poemas se habla asimismo de otros mundos el de los elfos y los enanos, el de los héroes del palacio de Odin y las misteriosas Poderosas potencias (quizá las Parcas). Jotunheim se encuentra debajo de Asgard, pero puede descenderse a él tras un largo y peligroso viaje por tierra, y hay otra ruta que une Asgard con el reino de los muertos. El puente de acceso a Asgard, Bifrost, está protegido contra los gigantes: se dice que es el arco iris, que une el cielo y la tierra, pero en sus orígenes quizás coincidiese con la Vía Láctea. Los mitos crean un vivo cuadro del transito constante entre los mundos, con peligrosos periplos por vastas regiones.

En el principio había un gran abismo, Ginnumgagap, el Vacío Absoluto (o quizás Engañoso), lleno de energía latente. De la unión de capas de hielo y chispas de fuego nació el gigante primordial Ymir, ser andrógino, cuyo cuerpo engendró a gigantes y al primer hombre y a la primera mujer. El gigante fue amamantado por una vaca primordial que chupó los bloques de hielo salados hasta que surgieron los Hijos de Bor, tres dioses creadores que mataron a Ymir y formaron la tierra con su cuerpo, el mar con su sangre y el cielo con su cráneo. Mantenían el cielo en alto cuatro enanos, seres que se criaban como gusanos en la tierra. Según otra tradición, cuando los tres dioses dieron forma, aliento y entendimiento humano a dos árboles situados a orillas del mar crearon un hombre y una mujer.

A continuación, los dioses establecieron el orden, situaron el sol y la luna en sus correspondientes trayectorias, instituyeron leyes, construyeron hermosos palacios en Asgard y configuraron objetos de oro. Al principio se enfrentaron dos grupos de dioses, los Aesir y los Vanir, pero dictaron una tregua que se aprovechó para elaborar el aguamiel de la inspiración, uno de los tesoros de los dioses. Otro, que los mantenía  jóvenes, eran las manzanas de Oro, custodiadas por la diosa Idun, y algunos había sido forjados por los enanos: Odin tenía un anillo de oro, Draupnir, del que se desprendían ocho anillos más cada nueve noches, y una lanza, Gungnir, que regía los destinos de la guerra. Tor poseía una potente hacha-martillo, Mjolnir, que provocaba el rayo, y los Vanir Frey y Freyja un jabalí de oro que corría por el cielo y los infiernos, así como un barco mágico al que siempre le favorecían los vientos.

martes, 11 de septiembre de 2012

Dioses primitivos y perdidos.

Fragmentos de mitos septentrionales.


Entre los primitivos vestigios de la mitología de la Europa septentrional destaca un grabado sobre roca de la Edad de Bronce en el que aparece una figura con con una lanza, que quizás se transformara en Tiwaz, dios germánico identificado con Marte, dios de la guerra romano, pero vinculado asimismo con la legislación. Podría tratarse también de la deidad a la que Tácito denomina "dios y gobernante de todo", venerada en bosques sagrados. Quienes se internaban en ellos tenían que ser atados, idea vinculada al Tyr escandinavo, forma posterior de Tiwaz, célebre por haber atado al lobo.

Se identifica a Donar, dios del trueno asociado a los grandes robledales del norte de Europa, con los romanos Júpiter y Hércules, y tenía como símbolo el hacha, que representaba la potencia del rayo.

En la literatura anglosajona hallamos trazas de mitos sobre un joven dios que sale del mar para repartir bendiciones. Al igual que la Tiwaz, el mar se asocia con la fertilidad, y el barco era uno de los principales símbolos de las deidades de la fertilidad. En Dinamarca había una poderosa diosa, Nerthus, y en los Países Bajos otra diosa de la costa del mar del Norte llamanda Nehalennia, así como una reina de los cielos y un consorte de la diosa del cielo, Frea. En numerosas estelas de épocas romanas de regiones germánicas y céticas aparecen grupos de deidades femeninas conocidas como Madres (frecuentemente en triadas), muchas de ellas con niños, probablemente, las mujeres se encomendaban a tales diosas en el parto y les pedían ayuda para la crianza. Otro símbolo de las deidades de la fertilidad era el jabalí, utilizada asimismo como conjuro en la guerra.

Una importante deidad primitiva era Wodan, identificado con el romano Mercurio, que daban buena suerte en combate. En algunos casos  se le presentaba como un guerrero a caballo pero se trata de una figura siniestra, que condenaba a sus seguidores a la derrota y la muerte y a quienes se sacrificaban hombres, ahorcándolos. Si bien servía de guía para los infiernos (al igual que Mercurio), también se le asociaba con el cielo y su símbolo era el águila, además del cuervo y el lobo, animales relacionados con el campo de batalla. Se le vincula con la adivinación, los símbolos rúnicos y el don del éxtasis, pues inspiraba a guerreros y a poetas. Antepasado de los reyes, les concedía los favores de los que dependía un buen reinado. Al igual que Tiwaz, poseía una lanza y el poder de atar y desatar mediante su conocimiento de sus conjuros de guerra.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Europa Septentrional.

Los pueblos de habla germánica ocuparon en un principio la región de Europa comprendida entre el Rin, el Danubio y el Vístula, agrupados en diversas tribus encabezadas por reyes y jefes guerreros. Con el declive del poder de Roma se expandieron en múltiples direcciones y se asentaron en el sur de Noruega y Suecia y en el sur y este de Inglaterra. Otras tribus avanzaron hacia oriente, hasta el sur de Rusia, y hacia el sur, hasta Italia, España y el norte de África, pero estas invasiones no desembocaron en asentamientos duraderos. El cristianismo llegó en época relativamente temprana a la Inglaterra anglosajona y al continente europeo, pero en Dinamarca, Suecia y Noruega se conservó la antigua religión, que se trasladó a Islandia cuando los escandinavos crearon un "estado libre" en la región. El cristianisno no se estableció en el norte hasta el siglo XI, y existen numerosos testimonios de su presencia en épocas anteriores en Islandia, donde se desarrolló la erudición tras la conversión y surgió un gran interés por el pasado escandinavo. El actual conocimiento de los mitos procede fundamentalmente de la literatura del norte de Escandinavia, sobre todo de Islandia en las postrimerías de la época vikinga.

Los mitos germánicos hablan del conflicto entre dioses y monstruos: los dioses instituyeron el orden, la ley, las riquezas, el arte y la sabiduría en los reinos divinos y humanos, mientras que los monstruos y los gigantes de hielo suponía una continua amenaza para tal estado de cosas, empeñados como estaban en restablecer el caos. En estos relatos aparecen personajes vigorosos e inquietos, acostumbrados a la guerra, la inseguridad y el mal tiempo, guerreros que han llegado lejos en sus incursiones y que han peleado entre sí para apoderarse de nuevas tierras. Los escandinavos de la época vikinga continuaron esta tradición y recorrieron los mares en busca de riqueza y fama. El pueblo acudió a los Aesir y los Vanir deidades del cielo y la tierra, para que preservaran la ley y el orden y procurasen la fertilidad. Los dioses garantizaban asimismo el conocimiento del pasado y del futuro, la inspiración en la poesía y la oratoria, el apoyo a los reyes y la victoria en la guerra y tras la muerte, la acogida en el reino de los antepasados.