jueves, 29 de noviembre de 2012

África.

África alberga una gran variedad de culturas y más de mil lenguas, muchas de la cuales no están aún suficientemente estudiadas o documentadas.

Sin embargo, las mitologías africanas presentan una extraordinaria unidad: los mitos de la serpiente cósmica y de la gran torre, por ejemplo, se encuentran desde el Sahara hasta el Cabo, y también están muy extendidos el concepto de un dios creador asexuado y remoto y el motivo de los gemelos.

Cada sistema local de creencias de los indígenas africanos tiene un mito que cuenta los orígenes y los primeros pasos de la humanidad, reflejo de las grandes migraciones internas que constituyen una característica importante de la historia del continente hasta la época colonial. Los kiosan (término que abarca los koí u "botentotes" del suroeste de África y los san o "bosquimanos"del desierto de Kalahari), por ejemplo, parecen ser los restos de un pueblo que apareció en el antaño fértil Sahara antes de que la región se desertizara, hace unos 7.000 años. Hace unos dos milenios, los antepasados de los actuales pueblos de habla bantú empezaron a emigrar hacia el suroeste, desde la montañas del Camerún, y llegaron al Cabo en el siglo XVII. Las lenguas bantúes forman parte de la familia de Níger-Congo, con al menos 890 idiomas, Las migraciones, el algunos casos relativamente rápidas, y la propagación de las familias lingüísticas contribuyen a explicar los temas comunes que unen la mitología africana.

Con la propagación del islamismo y el cristianismo y el desarrollo económico moderno han declinado las religiones indígenas, pero muchos pueblos, como el yoruba, han conservado tenazmente sus creencias y mitos.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Canibalismo y poder.

El canibalismo constituía un rasgo muy común extendido en la creencias amerindias y en Sudamérica existían diversas formas, bien documentadas históricamente. Estrechamente vinculado con las ideas de guerra, muerte y regeneración, el canibalismo guardaba menos relación con el alimento que los conceptos de identidad social, parentesco y transferencia de la esencia del alma de una persona a otra.

En el "exocanibalismo" se comía real o simbólicamente la carne de un enemigo como expresión de fuerza guerrera o como humillación y venganza extremas. Las tribus caníbales inspiraban gran temor, pues se creía que sus guerreros estaban poseídos por un feroz espíritu de jaguar que los movía a despedazar y devorar a su presa. En el "endocanibalismo" existía una motivación más respetuosa se reducía a polvo los huesos de un muerto y se añadía a la cerveza de mandioca, que bebían los familiares del difunto, pues se creía que los huesos conservaban elementos vitales del espíritu de la persona, que podían perpetuarse en vida de quienes consumían ritualmente al difunto.

martes, 27 de noviembre de 2012

Caza de cabezas y captura del alma.

Para algunas tribus amerindias, la caza de cabezas estaba cargada de significado sobrenatural y ritual. Entre los jibaros del Ecuador, que mantuvieron esta costumbre hasta los años 60, el privilejio de apoderarse de cabezas humanas estaba restringido a un grupo de guerreros temidos con fama de grandes matadores. En el pensamiento de este pueblo, matar y cortar cabezas eran dos actividades íntimamente asociadas con la posesión de dos clases de almas, la Arutam y la Muisak. Quien tenía la primera podía participar en las expediciones de caza de cabezas y la segunda estaba destinada a vengar la muerte de quien la poseía. Pero si se reducía la cabeza de un cadáver, el alma Muiska era irremediablemente arrastrada a ella e incapaz de escapar

lunes, 26 de noviembre de 2012

El mundo de los yanomami.

Los yanomami del sur de Venezuela han hecho todo lo posible por proteger sus creencias y modo de vida tradicionales frente a las influencias del mundo exterior.

Los yanomamis se autodenominan "pueblo fiero" y creen que la sangre de Periboriua (el Espíritu de la Luna) se derramó sobre la tierra, transformándose en hombres. Como nacieron de la sangre, se consideran fieros por naturaleza y guerrean continuamente entre si. Mas adelante uno de los descendientes de Periboriua dio a luz a los hombre y mujeres más dóciles. Según uno de los cuatro grupos yanomami, el origen de todas las cosas es Omama, benévolo dios creador. Al principio en el mundo había dos niveles, pero ahora hay tres: el tercero apareció cuando el nivel superior se desgastó y se desprendió de él una gran porción, en la que habitan dos hombres, uno de ellos Omama. Un día, mientras pescaba, Omama sacó de un arroyo a una mujer que no tenía genitales, sólo un orificio del tamaño del ano de un colibrí. Omama formó sus órganos sexuales con los dientes de una piraña y engendró a muchos hijos con ella, los antepasados de los yanomami. Otras razas se engendraron con la neblina o la espuma de los ríos, que un ave manipuló para formar hombres de distintos colores.

jueves, 22 de noviembre de 2012

La selva ancestral.

Mitos sobre los orígenes de los pueblos de las selvas.

Los mitos de los pueblos amerindios de las selvas explican en primer lugar los orígenes de la humanidad y la cultura, elementos opuestos en la naturaleza. Como objetivo subyacente, los mitos individuales tiene múltiples niveles y abarca diversos temas, como los orígenes de la horticultura, las relaciones entre parentesco de sangre y por lazos políticos y los conceptos de conocimiento e ignorancia.

El origen de los seres humanos es el tema de numerosos mitos en los que los animales, las piedras y el barro pueden desempeñar un papel igualmente importante. Según los chibcha de Colombia, el sol y la luna crearon al primer hombre con barro y a la primera mujer con cañas. Más al sur, las tribus de la región del Choco había una primera raza de hombres destruida por los dioses por ser caníbales, de una segunda generación que se transformó en animales y de una tercera hecha de barro. Muchos pueblos, como los uarao del Orinoco y los toba del Gran Chaco, creen que los seres humanos vivían en el cielo pero descendieron a la tierra para robar animales de caza, quedaron atrapados y tuvieron que permanecer aquí para siempre.

El carácter de la mitología amerindia, como una especie de carta sagrada que preserva el actual orden social, se pone especialmente de manifiesto en los mitos sobre las diferencias entre hombres y mujeres. Suele asociarse a las mujeres con la fertilidad natural, el caos y la ignorancia, y a los hombres con al fertilidad cultural , el orden y el conocimiento sagrado. Un mito muy extendido desde la Amazonia hasta la Tierra de Fuego, con numerosas variantes, explica que, en sus orígenes el mundo estaba dominado por las mujeres, no por los hombres. Según los tupis de Brasil, el sol se enfadó tanto por el dominio femenino que decidió invertir la situación y tomar por compañera a una mujer perfecta. En primer lugar, hizo que una virgen llamada Ceucy quedara encinta de la savia de un árbol cucura y que diera a luz un niño, Jurupari, que despojó a las mujeres de su poder y se lo entregó a los hombres a quienes ordenó que celebrasen fiestas regularmente para conmemorar su monopolio del conocimiento y el poder y prohibiesen la participación de las mujeres bajo pena de muerte. Como precedente de tal castigo, Jurupari preparó la muerte de su propia madre y aún sigue buscando a la mujer perfecta, digna de ser la esposa del sol.

En la cosmología del Amazonas aparecen con frecuencia temas relacionados con el fuego. Cuando aún no se había domesticado, se creía que el fuego poseían un enorme potencial destructivo, y algunos mitos hablan de regiones enteras y de comunidades arrasadas por los incendios. También se vincula con el sexo, el nacimiento y el ciclo menstrual. La adquisición del fuego suponía una etapa fundamental en la evolución social, y a veces se conseguía  mediante trampas, en cuyo caso conllevaba la pérdida de la inocencia.

Según los kayapos de Brasil, los seres humanos no tenían fuego y comían los vegetales crudos y calentaban la carne al sol, sobre piedras. Un día, un hombre y su cuñado, Botoque, más joven que él, vieron un nido de guacamayo en lo alto de un risco. Botoque subió por una escala y le tiró dos huevos a su compañero, pero los huevos se transformaron en piedras y le rompieron la mano al hombre, quien, muy enfadado, retiró la escala y dejó a Botoque en el risco.

Al cabo de unos días, Botoque vio un jaguar que llevaba arco y flechas y varias presas que había cazado. El felino saltó sobre la sombra del muchacho, pero al darse cuenta de su error , le prometió que no lo devolvería y que lo adoptaría como hijo y compañero de caza. Después volvió a colocar la escalera para que Botoque pudiera bajar.

A pesar de la hostilidad de su esposa, el jaguar llevó a Botoque a su casa, donde el muchacho vio fuego y comió carne cocinada por primera vez. Pero cuando el jaguar salió a cazar; su esposa se negó a darle a Botoque carne de tapir asada y desnudó los colmillos amenazadoramente, de modo que el muchacho se refugió en un árbol. Aunque el jaguar le riñó al volver a casa, ella no dejó de molestar a Botoque y finalmente el jaguar le enseñó a fabricar un arco y unas flechas para defenderse. Cuando la esposa volvió a amenazarlo, Botoque la mató con una flecha; cogió carne asada, sus armas y una brasa y regresó a su aldea.

Al ver los regalos de Botoque, los hombres de la aldea fueron a la casa del jaguar, donde robaron fuego, carne asada, hilos de algodón, arcos y flechas. El jaguar se encolerizó ante la ingratitud de su hijo adoptivo, y ahora come carne cruda y caza con sus garras y los colmillos, mientras que los hombres comen carne asada y cazan con arcos y flechas. Hoy puede verse el reflejo del fuego que perdió el jaguar en sus ojos como espejos. Según ciertas versiones del mito, mientras los hombres llevaban por la selva el fuego robado muchas aves recogieron las chispas para evitar que se incendiase la jungla. Algunas se quemaron, y por eso varias especies tienen el pico y las patas del color del fuego.

Según los barasana de Colombia, es Yurupary, o la Anaconda del Palo de Mandioca, la que obtiene el fuego de los infiernos y mata con él a su hermano el guacamayo.

Cuando la anaconda se quema y muere, sus huesos se transforman en los troncos carbonizados del huerto de la mandioca, en el que crecen las primeras plantas cultivadas que se nutren de su cuerpo.


martes, 20 de noviembre de 2012

Chamanes de Sudamérica.

En la visión de universo de las sociedades de las selvas tropicales, todo lo que ocurre tiene una causa o consecuencia relacionadas con el mundo de los espíritus. Estos espíritus todopoderosos son peligrosamente ambiciosos, y el chamán desempeña un papel clave como intermediario con el mundo sobrenatural.


En virtud de su capacidad para convencer a los espíritus peligrosos en igualdad de términos, el chamán actúa como hechicero, curandero, adivino, juez y mantenedor del código moral. Con frecuencia realiza sus actividades espirituales en sesiones nocturnas. Los chamanes que se identifican con un jaguar o que se transforma en este animal, el predador más poderoso y de mayor tamaño de Sudamérica son los más temidos y respetados. Se visten con pieles de jaguar, llevan collares de colmillos de este felino e incluso rugen como él en las ceremonias en las que adivina el futuro, curan enfermedades mágicas, aseguran una buena caza o actúan como "guerreros sobrenaturales" enviando muerte y enfermedades a las aldeas enemigas.

Las alucinaciones, como las producidas por la ayahuasca o el vihoo, constituyen la ventana por la que el chamán se asoma al mundo de los espíritus, que le permiten ver y comprender la verdadera naturaleza de las cosas, explican los acontecimientos y sugerir formas de actuar. En las regiones al noroeste del Amazonas solía llamarse a las drogas empleadas en las ceremonias droga o esperma de jaguar, y en algunos casos se guardaban en huesos huecos de este animal.

La búsqueda visionaria del chamán está imbuida de significado mitológico, representación de las actividades primordiales de los espíritus de los antepasados. En algunas sociedades los poderes del chamán continúan ejerciéndose después de la muerte y sigue protegiendo a su comunidad contra los espíritus malignos o los chamanes de otras aldeas.

En muchos casos se cree que el alma del chamán muerto se transforma en su alter ego, el jaguar, y despierta gran temor, en la creencia de que, cuando se ve uno de estos felinos por la noche junto a una aldea o un cementerio se trata de la esencia transformada del chamán difunto

sábado, 17 de noviembre de 2012

Mundos espirituales

El universo transformado.

Las vastas extensiones de la cuenca amazónica acogen una extraordinaria variedad de sociedades amerindias que, si bien con una tecnología sencilla, poseen unos sistemas sociales, económicos, rituales y místicos que demuestran una profunda comprensión de su entorno, además de ofrecer explicaciones muy sofisticadas sobre la humanidad y su modo de vida. Aunque todas dependan de la caza, la recolección, la pesca y la horticultura, estas sociedades no tienen creencias ni deidades en común, pero sus mitos locales demuestran una unidad y coherencia subyacentes, pues la mitología de un grupo parece haber evolucionado a partir de la de otro grupo, a modo de ilustración de unas preocupaciones comunes tratadas con una lógica también común.

Para la mente occidental, el universo amerindio es un mundo "mágico" definido en parte por los actos caprichosos de espíritus poderosos y ambivalentes y en parte por las actividades del chamán, que ejerce el papel de interceder entre ellos y la sociedad en la que vive. En esta concepción del universo, en las que las personas se transforman en animales y viceversa, las fronteras entre los humanos y los animales, lo natural y lo sobrenatural no son permeables, sino que están sujetas a una continua reinterpretacion.

Los mitos amerindios reflejan un mundo de transformaciones en el que la vida es el resultado de una mezcla de categorías de seres recíprocamente hostiles y peligrosos: hombres y mujeres, familiares por consanguinidad y parientes políticos, jaguares y seres humanos. En tiempos primitivos, el origen del mundo estaba invertido y eran los hombres quienes menstruaban y los jaguares los que poseían el fuego y cazaban con arcos y flechas. Los mitos cuentan cómo cambiaron estas primeras relaciones y cómo se estableció el orden actual. Para logra la supervivencia de la sociedad y evitar el desorden y, en última instancia, la catástrofe, hubo que aceptar las normas de conducta social y la obediencia ritual, tal y como fueron establecidas por los antepasados míticos.

Las casas ceremoniales de los habitantes de las selvas tropicales poseen una estructura con un profundo simbolismo: muchas están concebidas como microcosmos de los universos sociales y cósmicos de las tribus. Las rotondas de los yekuanas de Venezuela, por ejemplo, imitan la estructura primordial construida por una encarnación del dios del sol, Uanadi. Los detalles arquitectónicos reflejan rasgos de la esfera celeste y de la geografía mítica. El poste central (coronado por un pájaro carpintero de cresta carmesí, forma animal de la encarnación de Uanadi) vincula simbólicamente el inframundo de las almas perdidas con la tierra intermedia de los hombres y a cúpula de los cielos; las dos vigas transversales están orientadas hacia el norte y el sur para reflejar la aparición de la Vía Láctea en el cielo nocturno, y la entrada principal hacia el este, permitiendo que el sol equinoccial ascendente ilumine el poste central.

viernes, 16 de noviembre de 2012

El chamán y el jefe de policía.

A veces se asignaban los chamanes a un grupo o clan determinado, para que protegiesen su territorio y garantizaran la resurrección de sus almas. Debido a las guerras de clanes, se desencadenaron extraordinarios combates de magia entre chamanes rivales. Tras la revolución de 1917, fueron perseguidos por los comunistas y se recrearon los mitos más antiguos sobre conflictos entre chamanes como enfrentamientos entre un chamán y el comisario que lo detiene. El siguiente relato yakut pertenece a esta categoría de mitos modernizados.

Un joven jefe de policía amenazó a un chamán con su revolver, y el chamán le aconsejo que no moviese el arma: "¡No hagas eso, hijo mío! ¡Vas a hacerte daño!" El policía se pegó un tiro en el pulgar y, furioso, encarceló al chamán, pero éste se escapó. El policía volvió a encarcelarlo varias veces, y en cada ocasión le puso en una celda más segura que la anterior, pero el chamán siempre huía.

Por último lo condenaron a trabajos forzados en el bosque, a talar árboles para leña. Un equipo de inspectores fue al lugar en verano y vio que el hacha volaba mágicamente por el claro del bosque, derribando árboles y apilando la leña.

A comienzos del inviernos, cuando volvían los funcionarios, el chamán y la leña habían desaparecido. La madera se había unido y formado árboles, esplendidos como antes de que el chamán empezara a trabajar.

Los hijos de algunos chamanes son en la actualidad poetas o médicos, profesiones que se consideran continuación de los dones de los padres. En la época poscomunista han surgido movimientos para resucitar el chamanismo.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Mitos de Siberia.

Tradicionalmente, todos lo pueblos de Siberia se han dedicado a la caza y a la pesca y muchos de ellos a la cría de renos. Los yakutios  y los buriatos emigraron a la región y llevaron desde el sur la cría de ganado vacuno y equino, así como un estilo de épica mitológica propia del Asia central.

Es en la caza donde se presenta con mayor claridad la relación especial con los animales. En las creencias siberianas, los animales se ofrecen por su propia voluntad a un cazador que los respeta, poseen el mismo estatus que él y en los mitos se transforman con frecuencia en seres humanos o se casan con ellos. El oso pardo, considerado señor del bosque, tiene un alma de inmenso poder que puede resultar peligroso, pero que también puede emplearse para la curación. Todavía en la actualidad se siguen curando las heridas frotando la parte afectada con una garra de oso o con su grasa. La caza de este animal  está rodeada de tabúes, y en muchas regiones se apacigua el alma de un oso nuevo con complicados ritos, como  coserle los ojos para evitar que persiga al cazador, por ejemplo.

Los yukaghit hablan de un héroe ancestral mitad humano y mitad oso. Según una versión del mito, un hombre se refugió un día en una madriguera de una osa que en primavera parió un niño, quien más adelante quiso ver el pueblo natal su padre humano, pero no soportó  la vida allí y regresó al bosque. Tras derrotar a varios enemigos mágicos bajo tierra, donde encontró esposa, el hombre-oso regresó una vez más al mundo humano, a lomos de un águila y con una esposa para su hermano.

En la mitología no solo aparecen animales vivos. En la de los evenki, el mamut, animal del que con frecuencia se encuentran restos, es uno de los señores del inframundo, y recogió barro del agua con sus colmillos para hacer la tierra. Por donde caminaba iba creando ríos y allí donde se acostaba brotaban lagos.

Los habitantes de Siberia han creído tradicionalmente en la existencia de varios mundos, por lo general tres, cinco o siete, apilados unos sobre otros. Nuestro mundo está situado en el medio. Los superiores suelen ser los reinos de los espíritus benévolos, y los inferiores los de los espíritus malignos. Se imagina el camino entre estos mundos como un árbol con las raíces en el más bajo y las ramas en el más elevado. El chamán asciende o vuela hacia ellos en estado de trance con el fin de negociar o luchar con los espíritus y a veces sube paso a paso por muescas talladas en el tronco de un árbol, entonando a cada paso cánticos sobre su viaje por las distintas capas y sus encuentros con los espíritus.

Este árbol se repite una y otra vez en los mitos. Según los nivki, al principio había dos lunas y dos soles, por lo que el mundo era demasiado frío de noche y demasiado cálido de día, y sólo quedaron con vida dos avecillas hermanas, que fueron a un alerce que se alzaba hasta los cielos y tomaron la comida que allí había dejado el anciano guardián del árbol. Aparecieron otras dos aves, una de oro y otra de plata, y retaron a las hermanas. El ave de oro subió al cielo y una de las hermanas la siguió. Para escapar, el ave se transformó sucesivamente en oso, foca, pez y humano, pero su perseguidora hizo otro tanto y la apresó en cada ocasión . En su forma humana, el ave se convirtió en la hija de un anciano, a quien el héroe (anteriormente una de las aves hermanas) le pidió permiso para casarse con ella. El anciano accedió a condición de que el héroe matase al sol y la luna sobrantes, tarea en la que le ayudó el señor del mar, que lo encerró en una cacerola de hierro, lo coció, raspó los restos y con ellos modeló a una nueva persona. Así, el héroe se transformó en el hombre de hierro, quien, equipado con arcos y flechas del mismo metal y un caballo volador, abatió al sol y la luna que sobraban, y el mundo volvió a ser habitable.

El reconocimiento y reconstrucción del héroe constituyen signos inconfundibles de la iniciación chamanística. Los espíritus colocan al iniciado en un recipiente, despedazado y después vuelven a unir los trozos, hueso con hueso, como persona renacida con poderes chamánicos. La potencia del hierro es tal que únicamente al herrero debe temer al chamán, por ser más fuerte que el.

Entre los mitos siberianos sobre los orígenes destaca el de los evenki, que atribuye la sucesión del día a la noche a un poderoso alce que habita en el mundo superior. Un día, el animal escapó del bosque y subió a la cima de una montaña, donde empaló al sol en sus cuernos y se lo llevó al bosque, por lo que los seres humanos del mundo intermedio se sumieron en la oscuridad. Un héroe llamando Main se puso unos esquíes alados y ascendió al mundo superior, donde persiguió al alce. A medianoche lo alcanzó, le disparó una flecha y la luz volvió al mundo intermedio, pero Main no regresó a su propio mundo, sino que se transformó en espíritu para custodiar el sol. Desde entonces se ha repetido el episodio en el mundo intermedio cada tarde, el alce captura al sol con sus cuernos y cada noche Main lo atrapa y lo devuelve a su pueblo en la mañana.

domingo, 11 de noviembre de 2012

El cuervo.

El Padre Cuervo, figura clave en la mitología de los inuit de Alaska, y también en la de sus vecinos indios y siberianos, es la única manifestación clara de un creador personificado para este pueblo.

Tras descender del cielo, el Cuervo creó en primer lugar la tierra firme, después un hombre y diversas especies de animales y plantas y por último una mujer, como compañera del hombre. También fue maestro, en forma humana enseñó al hombre y a la mujer a utilizar los animales, a cuidar a los niños, a encender el fuego,etcétera.

Un rasgo curioso de este mito consiste en que el hombre brotara de una parra hecha por el Cuervo, de la que después brotaron más hombres: sencilla explicación de la evolución de la raza. Tras estos "primeros tiempos", el Cuervo sólo ejerció poderes limitados. Puede propiciársele en su morada del cielo para que envíe buen tiempo, y si alguien mata un cuervo, sin duda habrá malas condiciones atmosféricas

sábado, 10 de noviembre de 2012

El alma de los animales.

Los inuit creen que el cazador no "coge" a los animales, sino que ellos se dejan matar. Cuando el animal muere, el cazador ejecuta una breve ceremonia para asegurar que su alma regresa al mundo no terrenal y se reúna con la sociedad animal, dispuesto a volver como presa. En gran parte de Alaska, los inuit, celebran importantes fiestas destinadas a reconocer la aparición de los animales en la tierra e influir en ella. La fiesta de la Vejiga, por ejemplo, es un acontecimiento invernal de cinco días de duración en cuyo punto culminante se meten la vejigas de los mamíferos cazados durante el año en agujeros perforados en el hielo, para devolver sus almas al mundo de los espíritus.

viernes, 9 de noviembre de 2012

El espíritu de la Luna.

Uno de los grandes espíritus de los inuit es el de la Luna (Tarkec), responsable de la fertilidad, la corrección moral, y entre los inuit de Alaska, del control de los animales. Es un poderoso cazador que habita en el reino del cielo. En la ilustración de la derecha vemos una máscara del Espíritu de la Luna del oeste de Alaska. El reborde que rodea la cara simboliza el aire, los arcos los niveles del cosmos y las plumas las estrellas.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Los orígenes del Espíritu del Mar.

Un mito de los inuit canadienses cuenta los orígenes del Espíritu del Mar y de los animales marinos.

El relato comienza con una joven a la que su padre obliga a casarse con un perro. El matrimonio empieza bien, pero tras el nacimiento de varios hijos, las cosas se ponen feas. El padre de la muchacha ahoga al perro y sus nietos intentan vengarse, pero al fracasar, son expulsados. Entonces aparece un ave (un petrel), en forma de viejo feo, y la muchacha se va con él, en calidad de esposa, en su kayak. El padre consigue recuperarla, pero el ave los alcanza, y desencadena una tormenta que está a punto de hacer zozobrar la embarcación. Aterrorizado, el padre trata de lanzarle a su hija al ave, pero ella se aferra al borde del bote. el le corta los dedos y la chica acaba por caer al mar. Así fueron creados los animales marinos: las focas más pequeñas con las yemas de los dedos de la chica, las mayores de las falanginas y las morsas de las falanges.

La muchacha cae al mar, donde se transforma en el gran Espíritu del  Mar, y vive con los animales (probablemente también los terrestres).

El padre, arrastrado igualmente a las aguas, se reune con ella, y le sigue el perro, su primer marido.

El perro adopta el papel de guardián de la muchacha y el padre el de irascible castigador de los humanos, que transgreden las normas de la vida

martes, 6 de noviembre de 2012

Mitos de los Inuit.

Los poderes espirituales, de mayor o menor importancia, dominan la vida de los inuit y el más conocido es el  Espíritu de Mar de los inuit de Candá y Groenlandia. Denominado Sedna (así como Nuliajuk y otros nombres), el Espíritu del Mar ejerce su soberanía sobre todos los animales que proporcionan alimento a los humanos. En su morada del fondo del mar, desde donde envía los animales de caza, adopta la forma de mujer, a la que incluso los chamanes temen. Otro gran espíritu es el del Aire, conocido en muchas regiones como Sila ("tiempo atmosférico", "inteligencia"). Reconocido practicamente en todas las zonas inuit, rige la lluvia, la nieve, el viento y el mar  desde un reino situado muy por encima de la tierra. Aunque se lo concibe como una persona, el Espíritu del Aire no se encarna. El Espíritu de la Luna es la tercera de las grandes fuerzas espirituales.Toda ellas son inherentemente benévolas, pero los humanos las consideran peligrosas, sobre todo al Espíritu del Mar, por su aguda sensibilidad a los malos actos de los hombres, a los que responde enviándoles mal tiempo, fracaso en la caza y enfermedades y para protegerse, los inuit pronunciaban palabras mágicas, se ponen máscaras y amuletos (preferentemente extremidades de animales) y acuden a sus chamanes. En el plantel de espíritus menores, tanto benévolos como malévolos, los más interesantes son los "espíritus de ayuda" de animales, objetos o personas muertas, que los chamanes encuentran en el transcurso de su largo aprendizaje, al poseer al chamán, uno de estos espíritus puede prestar una colaboración vital a sus esfuerzos.

La creencia inuit en unos reinos situados en el cielo y bajo la superficie de la tierra, cada uno de ellos definido por el gran espíritu que habita en él, ayuda a comprender el concepto de "alma" y de su reciclaje. La creencia en la existencia de un alma en los animales explica el respeto especial que dispensa este pueblo a sus presas. La creencia espiritual del ser humano resulta más compleja. Tras la muerte física, una parte de esta esencia entra, quizá para siempre, en los  infiernos o en el reino del cielo, dependiendo de como haya muerto la persona. Otra parte, encarnada en el nombre de la persona, se reincorporará a un pariente recién nacido; imponer a un niño el nombre de alguien fallecido hace poco significa que su antepasado le transferirá ciertas cualidades personales.

En la actualidad, prácticamente todos los inuit profesan el cristianismo, que han asimilado rápidamente a la luz de sus creencias tradicionales. La mitología de este pueblo no reconoce una deidad creadora omnipotente, pero asocia el dios cristiano con las principales potencias espirituales y a los chamanes con los misioneros. En algunas regiones del suroeste de Alaska, los inuit practican la fe ortodoxa rusa y participan en una ceremonia navideña que denominan Selavic; que, para ellos, incorpora significados cristianos y tradicionales y comienza y acaba con un servicio religioso. Dura hasta diez días, con su procesión encabezada por grandes representaciones de estrellas que van anunciando de casa en casa el nacimiento de Cristo, y en cada casa se cantan himnos y reparten regalos.

Las procesiones de casa en casa eran importantes en la religión tradicional de este pueblo de Alaska. Antes de la Fiesta de la Vejiga, por ejemplo, la comunidad humana se abría al mundo espiritual llevando a los muchachos por la aldea de puerta en puerta. El reparto de regalos en Selavic es una versión moderna de la tradicional distribución de comida en la comunidad inuit, reflejo de su ética de generosidad.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Las regiones Árticas.

La mitología de las regiones árticas refleja un entorno duro y peligroso, un paisaje solitario con población escasa y dispersa. Con un telón de fondo tal desolado, la amenaza de la inanición es un tema mitológico muy común: la agricultura resulta imposible y todo el alimento procede de los animales, que en los mitos aparecen ayudando y engañando a los humanos. Elementos fundamentales para la supervivencia, lo animales aparecen en el Ártico aparecen dotados de alma propia y merecen gran respeto, el cazador pide excusas a la pieza que acaba de abatir. Algunos inuit lanzan al mar la vejiga de la foca que apresan para que así el animal renazca y en su siguiente reencarnación se ofrezca como presa al mismo cazador.

Las estaciones, la salud y fertilidad de humanos y bestias, la benignidad y dureza de los elementos naturales deriva del mundo de los espíritus. El papel de ayudar a la comunidad a lograr el bienestar y de evitar la desgracia recae sobre el mediador con los espíritus, el chamán, vocación que solo algunos cumplen (por lo general, pero no siempre, hombres). Golpeando un tambor especial en un ritual de intensidad dramática, el chamán entra en trance para comunicarse con el mundo de los espíritus, entre los que viaja mientras está inconsciente, descubrir la situación de la caza (o de un reno perdido o un osos peligros concretos), qué espíritu está provocando enfermedades o rescatar el alma robada de un enfermo y salvarle así la vida.

En los relatos sobre curaciones chamánicas de la cultura inuit se describe un proceso de interrogatorio implacable, en el que el chamán trata de descubrir a través del enfermo, por qué se sienten ofendidos los espíritus. Quizá el paciente haya fumado una pipa prohibida, o haya partido un hueso que no debería haber tocado, o comido un trozo de caribú crudo vedado a aquel individuo. Si se trata de una mujer, quizá se haya peinado después de haber dado a luz. El chamán hace preguntas sobre las posibles transgresiones, y la comunidad entera, reunida en el iglú de invierno, clama por la liberación del paciente.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Licántropos.

Se creía que los que nacían con un antojo, mechones de pelo lupino o una protuberancia de piel sobre la cabeza eran licántropos. La protuberancia en la piel solía enrollarse y guardarse como amuleto o coserse a la ropa, para que trajera la buena suerte. Entre los serbios, los eslovenos, los kasubos y en el norte de Polonia existía la creencia de que tales personas poseían poderes mágicos, los dones de la metamorfosis y la adivinación. Podían transformarse en diversos animales, pero preferían al osado y sanguinario lobo. Como aparece en el grabado de Lucas Cranach, del siglo XVI, época en que la Iglesia rusa se creyó obligada a condenar tales creencias. La tradición de los licántropos queda reflejada en los diversos relatos sobre Vseslav, príncipe de Polostk (actualmente Bielorusia) que vivió en el siglo XI. A diferencia de otros príncipes de Rusia, que se convirtieron al cristianismo en 988, Vseslav y su familia siguieron siendo paganos. De  las fuentes históricas se desprende que su nacimiento coincidió con un eclipse de sol (nació con una protuberancia en la cabeza. Hijo de una princesa violada por una serpiente, el príncipe licántropo aprendió rápidamente las artes mágicas y las de la caza y la guerra. Ya adulto, obtuvo grandes victorias como guerrero y corría a media noche como una bestia salvaje, envuelto en una neblina azul, como dice un texto del siglo XII.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Vampiros.

De todos los seres miticos conocidos por los eslavos y sus vecinos, ninguna tan célebre como el  vampiro, término que deriva del eslavo meridional vampir, con variantes en otras lenguas (upir, upyr, upier, etc.)

En el siglo XIX, la creencia en los vampiros no estaba tan extendida entre los ucranianos y los bielorusos que entre los vecinos orientales, los rusos, pero ejercía mayor atracción aún sobre los eslavos occidentales, especialmente sobre los kasubos, que vivían en la desembocadura del río Vistula y los eslavos del sur. Entre los eslavos meridionales, el concepto vampiro se ha entremezclado con el licántropo, hasta el extremo de que el término moderno para designar a un vampiro es vukodlka (pelo de lobo). No obstante, y a diferencia de los licántropos, los vampiros son especialmente manifestaciones del difunto inmundo. Cierta clase de personas se convierten en vampiros tras la muerte: licántropos, hechiceros, brujas, pecadores y descreídos (entre los que se contaba a los herejes en Rusia), y en algunos regiones, como Bulgaria, se creía que también sufren tal metamorfosis los asesinos, ladrones, prostitutas y otras personas socialmente indeseables, y que incluso quienes no cometían delitos y mueren en condiciones normales pueden acabar como vampiros, sobre todo si no se han celebrado los ritos funerarios o si han muerto prematuramente (al suicidarse, por ejemplo). Las personas concebidas o nacidas en un día sagrado, los mortinatos y los nacidos con una excrecencia ósea en el extremo inferior de la columna vertebral o con dientes son vampiros seguros.

Estos seres se mantienen incorruptos en las tumbas a veces hinchados, y pueden haber indicios de movimiento en el ataúd (los macedonios creen que le cadáver se vuelve boca abajo). A medianoche entran en las casas para chuparles la sangre a los durmientes y copular con ellos, en algunos casos sus propios familiares, que se consumen y mueren. También pueden chupar la carne de su propio pecho o sus ropajes funerarios, y en ambas ocasiones sus pariente mueren. Los vampiros deambulan asimismo por las encrucijadas o los cementerios, en busca de víctimas, con una mortaja sobre los hombros. Existen numerosos métodos, para combatirlo, algunos destinados a permitirles descansar en paz, como colocar en la tumba crucecitas de madera de álamo o granos de mijo o lino para que se entretengan contándolos, como creen los macedonios y los kasubos. Entre las medidas más extremas destaca la de clavarles en el cuerpo una rama afilada de espino o de álamo o una estaca o un clavo en la cabeza. Existen también la variante de la decapitación (entre los eslavos occidentales), la desmembración (entre los eslavos orientales y occidentales) o cortarles los tobillo o los talones para impedirles el movimiento (croatas).

La creencia en los vampiros se mantiene en parajes remotos y en las comunidades kasubas de Canada.