sábado, 30 de abril de 2011

Quetzalcóatl


La Serpiente Emplumada.

Quetzalcóatl que significa "Serpiente Emplumada", pero también "Gemelo Precioso", era una deidad importante en el panteón azteca cuyos orígenes se remontan a civilizaciones mesoamericanas anteriores. Como uno de los cuatro dioses creadores, desempeña un papel fundamental en el mito de los cinco soles, y también aparece con otras formas: las más destacadascomo Ehecatl, deidad benévola del viento, del aprendizaje y las artes, como dios de los gemelos y, la más conocida, como serpiente emplumada.

La idea de la serpiente emplumada procede al menos de la civilización de Teotihuacán, la gran ciudad de la meseta central de México. En aquella época, probablemente se consideraba a Quetzalcóatl dios de la vegetación, estrechamente vinculado a Tlaloc, dios de la lluvia. Los toltecas lo concebían como dios de las Estrellas Matutinas y Vespertinas, y bajo esta forma le rendían culto en su principal ciudad, Tula.

Los aztecas asimilaron a Quetzalcóatl y lo veneraban como patrón de los sacerdotes, inventor del calendario y protector de los artesanos. Penetró en los infiernos (Mictlan) con su hermano gemelo, el dios con cabeza de perro Xolotl, y recogió los huesos de un hombre y una mujer que habían muerto en los cuatro cataclismos cósmicos. Al huir de la cólera del Señor de la Muerte, dejó caer los huesos, que se hicieron pedazos. Recogió los trozos y se los llevó a la diosa de la tierra, Cihuacóatl (Mujer Serpiente), que los machacó e hizo harina. Quetzalcóatl la salpicó con sangre de su pene y así fue creada la raza humana.

Resulta difícil separa al Quetzalcóatl mítico de un rey-sacerdote tolteca real, Topiltzin-Quetzalcóatl, también asociado con la serpiente emplumada, confusión que aparece en el relato de la rivalidad con Tezcatpoca, dios de la noche y del norte.

Mientras que Quetzalcóatl exigía a sus subditos sacrifícios pacíficos (ofrendas de aves, jade, serpientes, mariposas). Tezcatlipoca impuso rituales más sangrientos y se produjo un enfrentamiento entre ambos, a consecuencia del cual Quetzalcóatl fue expulsado de Tula en el año 987. Viajó con su séquito al golfo de México, se autoinmoló en una pira y renació como el planeta Venus.

En otra versión, Quetzalcóatl embarcó en una balsa de serpientes y desapareció por el horizonte oriental. Según una profecía, regresaría algún día, y esta creencia fue explotada por Hernán Cortés, a quien el rey azteca Moctezuma creyó Quetzalcóatl, que había vuelto para tomar posesión de su reino, cuando el conquistador desembarcó en México en 1519.

sábado, 16 de abril de 2011

Tezcatlipoca

Señor del espejo humeante.

Suele considerarse a Tezcatlipoca, nombre que significa "Señor del Espejo Humeante", dios supremo del panteón mesoamericano. Los demás dioses creadores no eran sino aspectos de este ser omnipotente y omnisciente. Los toltecas llevaron su culto al centro de México a finales del siglo X, y en los mitos aparece como corruptor del virtuoso dios de este pueblo, Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, y como incitador en la embriaguez y los placeres carnales. En el período azteca, Tezcatlipoca poseía más formas y nombres que ningún otra deidad: por ejemplo, su identificación con Yaotl (Guerrero) y Yoalli Ehecatl (Viento Nocturno) muestra su vínculo con la muerte, la guerra y el reino de la oscuridad. Se creía que se aparecía por la noche a los guerreros para retarlos en las encrucijadas.

Los aztecas lo veneraban como protector de la realeza y los hechiceros. Su posición destacada se reflejada en la asociación simbólica con la imaginería del jaguar y sobre todo en su manifestación como Tepeyollotli, el "corazón de la montaña" jaguar. Concebido como dios invisible y omnisciente, era el señor de las sombras; empuñaba un espejo mágico con el que adivinaba el futuro y veía en el corazón de los hombres. Los aztecas temían y respetaban su carácter caprichoso que le llevaba a dispensar dolor y muerte, pero también riquezas, valor y buena suerte. Le aplicaban un epíteto muy significativo: Titlacauan ("Somos sus esclavos"). Presidió la primera era de la creación, a la que puso catastrófico fin su lucha cósmica con Quetzalcóatl.

martes, 12 de abril de 2011

El quinto sol


Los cataclismos que destruyeron los cuatro soles anteriores dejaron un vacío en el orden cósmico. Los dioses ofrecieron a las gentes de Mesoamérica una última y efímera oportunidad de vivir al crear y sustentar el quinto sol.

El quinto sol fue creado en Teotihuacán cuando el dios Nanahuazin se arrojó a una hoguera y se transformó místicamente en el sol naciente. Pero al principio estaba inmóvil, y los demás dioses sacrificaron su sangre para proporcionarle energía para el movimiento celeste. Por eso se conoce la quinta era del mundo como "Cuatro-Movimiento". Su génesis única sentó un precedente mítico para la idea azteca de que la vida del universo sólo puede prolongarse mediante el sacrificio. Sin embargo, se trata de una concesión temporal de os dioses, pues los terremotos destruirán también el quinto sol.

El signo "Cuatro-Movimiento" encarnaba el concepto del sacrificio humano que impregnaba la religión azteca, que encontró expresión física en el gran calendario de piedra, disco tallado de este material de unos cuatro metros de ancho con la imagen central del rostro de Tonatiuh, dios del sol , rodeada por el signo "Cuatro-Movimiento". Hallado en 1790 cerca del Templo Mayor de la Ciudad de México, este objeto de complicada factura representa los principales elementos de la quinta creación. Los aztecas concebían a Tonatiuh como manifestación de su deidad guerrera tribal Huitzilopochtli. En el complejo simbolismo se aprecia la manipulación de la mitología para justificar la guerra y el sacrificio y expresa estos aspectos de la vida en términos cosmológicos. La cara de Tonatiuh está flanqueada a ambos lados por dos garras enormes aferradas a su alimento: corazones humanos, tema en el que se profundiza aún más con la lengua, imagen del cuchillo sacrifical de sílex u obsidiana con el que los sacerdotes arrancaban el corazón a sus víctimas. Según las creencias aztecas, la sangre humana contiene una esencia líquida preciosa denominada chalchihuatl, único alimento adecuado para los dioses. En torno a la imagen del dios del sol hay cuatro figuras encerradas que representan los cuatro soles anteriores, los dedicados al jaguar, el viento, el fuego y el agua, y alrededor de ellos están los glifos de los signos de los veinte días del calendario sagrado o tonalpohualli, y representaciones simbólicas de Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Tlaloc.

El calendario de piedra, que quizá sirviera también de ara sacrificial, engloba una visión de la vida y la muerte claramente azteca, en un frágil universo mantenido gracias a la continua ofrenda de sangre a los dioses.

sábado, 9 de abril de 2011

Creaciones y cataclismos


Al principio existía Omtecuhtli, Señor de la Dualidad autocreado, que también se presentaba en sus aspectos masculino y femenino como Ometeotl y Omecihuatl. Los hijos de esta pareja cósmica fueron los cuatro Tezcatlipocas. El Tezcatlipoca Rojo,también llamado Xipe Totec (el dios desollado), se asociaba con el este, el Azul o Huitzilopochtli con el sur, el Blanco o Quetzalcóatl con el oeste y el Negro, el Señor del Cielo Nocturno, con el norte. A estos cuatro se añadían Tlaloc, el dios de la lluvia, y su consorte, la diosa del agua Chalchiuhtlicue.

Los enfrentamientos entre estas deidades, enzarzadas en una lucha cósmica por su supremacía, desembocaron en la creación y destrucción de cinco eras o "soles" mundiales sucesivos, cada uno de ellos identificado por la forma concreta de cataclismo que lo sumergía. El primer sol estaba regido por Tezcatlipoca y se conocía como "Cuatro-Jaguar". Al cabo de 676 años, Quetzalcóatl arrojó al agua a Tezcatlipoca y la tierra fue consumida por los jaguares. Después Quetzalcóatl presidió el segundo sol, conocido como "Cuatro Viento" , y esta era acabó cuando Tezcatlipoca se vengó y destronó a Quetzalcóatl, quien fue arrastrado por un huracán. El tercer sol, "Cuatro-Lluvia", estaba dominado por el fuego y regido por el dios de la lluvia, Tlaloc. Acabó cuando Quetzalcóatl envió una terrible lluvia que consumió la tierra. A continuación vino el cuarto sol, "Cuatro-Agua", identificado con Chalchiuhtlicue, diosa del agua, y tocó a su fin cuando el mundo quedó sumergido por un diluvio y las personas se transformaron el peces. A la zaga de estos mundos imperfectos vino la creación más portentosa, el quinto sol.

miércoles, 6 de abril de 2011

Los antiguos dioses


El jaguar y la deidad del fuego.

Las primeras deidades de Mesoamérica con representación artística son las de la civilización olmeca, que floreció en las regiones pantanosas del este de México entre 1500 y 400 a.C., aproximadamente. Dichas representaciones, en piedra, cerámica, jade y en pinturas rupestres atestiguan la precocidad de la sociedad olmeca, el genio creativo de sus artesanos y la influencia de sus sacerdotes y monarcas.

El legado olmeca a las tradiciones religiosas mesoamericanas de épocas posteriores es muy extenso, pero quizás se aprecie con la máxima claridad en la continua presencia de la imaginería del Jaguar. Las figuras del "hombre-jaguar", aparecen vinculadas a mitos de Centro y Sudamérica que testimonian la transformación mágica de los chamanes en felinos, personajes especialmente temidos como hechiceros capaces de conjurar las peligrosas fuerzas del mundo de los espíritus, idea ancestral muy extendida que ejerció un influjo profundo y duradero en las creencias religiosas de Mesoamerica. Los hombres-jaguar olmecas aparecen con frecuencia con las fauces abiertas, rugiendo. Asociado con la realeza, la fertilidad y la tierra, el motivo del jaguar se encuentra en el arte maya, zapoteca y de Teotihuacán, y alcanza su espresión más dramática en su manifestación como Texcatlipoca, suprema deidad azteca. Pero también se observan otras influencias en el mundo olmeca: aves, cocodrilos, serpientes y seres antropomórficos ocupan un lugar destacado en los objetos de esta cultura. Algunos de estos seres son extraños híbridos en los que se combinan los rasgos del jaguar con los de un ave o una serpiente.

Antaño se pensaba que los olmecas adoraban a una sola deidad, un dios de la lluvia, pero se ha descartado esa idea. Entre los múltiples dioses identificados en el panteón olmeca se encuentran formas prototípicas de Tlaloc (deidad de la lluvia), un dios del maíz, Quetzalcóatl (la serpiente emplumada, otra deidad híbrida), Tezcatlipoca y una deidad del fuego, conocida en época posterior como Huehueteotl o Xiuhtecuhtli y que se repite en toda la región mesoamericana bajo diversos nombres.

lunes, 4 de abril de 2011

Mesoamérica

Historiadores y antropólogos emplean el término "Mesoamérica" para referirse a la región de América Central (México, sobre todo) que poseía una civilización muy desarrollada antes de la conquista española, a principio del siglo XIV, en la que se aprecia una sorprendente unidad cultural y religiosa por encima de la diversidad de naciones, lenguas y estilos artísticos: un rasgo común consiste, por ejemplo, en el complejo calendario basado en un ciclo sagrado de 260 días combinado con un año solar de 365, así como unos profundos conocimientos de astronomía, una escritura jeroglífica, un juego de pelota semejante al baloncesto que se ejecuta en un patio especial con una pelota de goma maciza y un panteón de extraordinaria complejidad, con deidades del viento, la lluvia y el maíz.

La región está integrada por un mosaico de paisajes diametralmente opuestos, desde los desiertos del norte hasta las selvas tropicales del sur. Llovía demasiado o demasiado poco, los lechos secos de los ríos se transformaban en torrentes turbulentos de la noche a la mañana, los terremotos asolaban la tierra: semejante entorno de inestabilidad podría contribuir a explicar el mito azteca de los cinco soles, cada uno de los cuales equivalía a una era o un mundo cósmico, que acababa con un cataclismo.

No fueron los aztecas los primeros en apaciguar a los dioses con sacrificios humanos. La religión tolteca (pueblo que estableció su capital en Tula, a finales del siglo XI) tenía como carácter igualmente sangriento, como ponen de manifiesto las esculturas chacmul, figuras reclinadas con platos tendidos para recoger las ofrendas del sacrificio. Pero las prácticas aztecas son las que cuentan con mejor documentación. Para ayudar al dios Huitzilopochtli, el sol, en su batalla cotidiana contra las fuerzas de la noche, había que alimentarlo con corazones y sangre humana, y los prisioneros de las campañas militares proporcionaban las víctimas necesarias.

En cierto sentido, se puede decir que los aztecas capturaron su panteón de la misma forma, adoptando los dioses de otros pueblos anteriores, como Tlaloc, dios de la lluvia, y Huehueteotl, deidad del fuego. Pero Huitzilopochtli era su dios tribal, desconocido en otras regiones.

viernes, 1 de abril de 2011

La liberación de los animales de caza.


Existen numerosos relatos sobre la liberación de los animales antes de la llegada de los humanos. La siguiente versión circula entre los navajo, que eran cazadores antes de emigrar al sureste desde Canadá.

"Antes de la creación de los seres humano, el Pueblo Santo se reunió en el pabellón del sudor para discutir como localizar todos los animales de caza, que habían desaparecido. en la habitación entró una misteriosa figura negra a quien nadie conocía. Dos personas santas la vieron ponerse la piel de un cuervo y emprender el vuelo.

Los reunidos urdieron una estratagema para recuperar los animales: transformar a uno de ellos en cachorro y dejar que se lo llevase el cuervo negro. El cuervo cogió al cachorro y lo llevó aun lugar llamado Colina del Borde, morada del Dios Negro, al que pertenecen todos los animales de caza.

El portero de la casa del Dios Negro era el Puercoespín, que tenía un palo de turquesa para remover el fuego y abrir la puerta. El cachorro le dio un puñetazo, abrió la puerta con el palo y dentro vio animales de todas partes: los había recogido el Cuervo, que era el Dios Negro disfrazado. Al ver la puerta abierta, todos los animales escaparon".

El mito continua contando que, cuando los cuatro primeros ciervos traspasaron la puerta, el Cachorro los tocó entre las patas para crear olores,y cuando pasaron los demás animales, les rozó el hocico con el viento para sensibilizarlos a esos aromas, origen de la capacidad de las bestias para percibir la presencia de alguien desde lejos.