Las hazañas de Jimmu-tenno y Yamato-takeru.
Un capítulo de Kojiki trata sobre la "Edad de los Hombres" , dominada por figuras semihistóricas, no por dioses. La primera de estas figuras en la tradición japonesa es Jimmu-tenno (también llamado Kamu-yamato-iware-biko), nieto de Sombra de Fuego y fundador de la familia imperial. Existen ciertas pruebas de que no fue el primero de la línea, sino que tenía un hermano mayor, Itsu-se, que murió en combate mientras los hermanos se dirigían hacia oriente con el fin de encontrar el mejor lugar desde el que gobernar su reino y de buscar nuevos territorios. Tras enterrar a su hemano, Jimmu continuó hasta llegar a la región de Kumano (actual prefectura de Wakayama), donde una deidad local adoptó la forma de oso y lanzó un hechizo contra los invasores que los sumió en un profundo sueño.
Uno de los criados de Jimmu se enteró en sueños de la existencia de una espada mágica, enviada por Amaterasu y las demás divinidades para ayudar a Jimmu a pacificar la Tierra Central de la Llanura de Juncos, es decir Yamato. Al despertar, el criado localizó la espada y se la entregó a Jimmu. El ejército continuó su marcha hacia el este, guiado por un cuervo gigantesco enviado del cielo y cuando se internaron en Honshu, los jefes locales rindieron homenaje a Jimmu. Al llegar a Yamato, Jimmu construyó un palacio, se casó con una princesa local de ascendencia divina (Isuke-yori-hime) y se dedicó a gobernar su nuevo reino.
El héroe legendario mas importante del Japón es Yamato-takeru, llamado en principio O-usu-no-mikoto. Tras diversas hazañas juveniles, su padre Keiko, le encargó que sometiese la tierra de Izumo y que matara a su jefe, Izumo-takeru, poderoso guerrero que accedió a un duelo qon Yamato-takeru y a intercambiar las espadas para la lucha. Al comenzar el duelo, Izumo-takeru no pudo desenvainar la espada de Yamato (que no era más que una imitación) y éste lo mató.
A continuación, el padre de Yamato-takeru le encomendó la misión de pacificar a los bárbaros del este, los Emishi. Yamato partió con la espada mágica Kusanagi que había encontrado Susano y una bolsa también mágica, ambos objetos regalos de su tía, Yamato-hime, que se los dio en el santuario de Ise. En el camino conoció a una princesa, Miyazu-hime, se enamoró de ella y le prometió casarse a su regreso. Al llegar a Sagamu (actual provincia de Kangawa) un jefe local le imploró que liquidara a una deidad díscola que vivía en un gran estanque en medio de una llanura cubierta de hierba, pero se trataba de una estratagema; en cuanto puso el pie en la llanura, el jefe prendió fuego a la hierba, pero la espada Kusanagi se movió por sí sola, cortando el césped (de aquí deriva el nombre con el que se conocería este arma más adelante: Cortacésped), Yamato abrió la bolsa mágica, sacó de ella material para provocar un contraincendio y escapó de aquella trampa.
Durante su viaje de regreso, Yamato-takeru precipitó su propia caída. Antes de la partida se casó con Miyazu-hime y dejó a su cuidado la espada Kusanagi. En el desfiladero de Ashigara mató a una deidad de la montaña en forma de ciervo blanco y, más adelante en el monte Ibuki, encontró otra deidad, encarnada en un jabalí blanco, y violó un tabú al asegurar que mataría a aquel ser. Debido a ambas transgresiones, al cabo de poco tiempo le acometió una enfermedad mortal y, moribundo, el héroe se dirigió hacia la costa de Otsu, cerca de Ise, para recoger otra espada que había dejado allí. Después, mientras cantaba una canción sobre su hermosa tierra natal, que no volvería a ver, se encaminó a la llanura de Nobo, donde murió. Antes de que su cuerpo fuera enterrado en la tumba que había erigido el emperador, se transformó en una gigantesca ave blanca que echó a volar hacia Yamato.