Kodomo no hi, el día del niño en Japón, es un festival que fue fijado en el período Nara, cuando gobernaba la emperatriz Genmei. El nombre original de esta festividad era Tango no Sekku. Se celebra a
comienzos del mes de mayo; es una fiesta algo diferente a la que celebramos en occidente y la cual
se centra en desear que los hijos crezcan fuertes para enfrentar la vida.
Los padres japoneses tratan de transmitir a sus hijos el
poder de la determinación en el Kodomo no hi.
Durante la festividad, es común resaltar la gallardía y
fuerza de los guerreros samurai, exhibiendo en las casas pequeños muñecos que
representan antiguos héroes o representaciones a escala de los hermosos cascos y
armaduras de la época feudal. Esto se debe principalmente a que los padres
anhelan transmitir a sus hijos la fuerza y carácter necesario para que los
pequeños puedan sortear las dificultades que en algún momento les presentará la
vida diaria.


Es mediante este tipo de leyendas que los padres japoneses
tratan de transmitir a sus hijos el poder de la determinación y la
perseverancia para poder enfrentar las adversidades que vayan encontrando
mientras crecen. Regalar este tipo de valores durante el “Kodomo no hi” no se
compara a ningún juguete de última moda que probablemente quede olvidado en el
armario al poco tiempo.
La verdad es que realmente se desconoce hasta que punto los
niños japoneses internalizan este tipo de sentimientos y lo cargan hasta la
adultez. No sé si la celebración del “Kodomo no hi” forja fuertemente a las
nuevas generaciones niponas, pero lo que sin duda es seguro es que nuestros
niños están cada vez más cerca de un materialismo sin límites, que si no tiene
el control, el amor y la guía a conciencia de los padres, provocará que estos
pequeños peces jamás puedan nadar hasta el final luchando contra la corriente y
lo más seguro es que terminarán en el fondo del río sin saber qué hacer,
esperando ser capturados por un algún pescador o devorados fácilmente por el
pez más grande.