Kodomo no hi, el día del niño en Japón, es un festival que fue fijado en el período Nara, cuando gobernaba la emperatriz Genmei. El nombre original de esta festividad era Tango no Sekku. Se celebra a
comienzos del mes de mayo; es una fiesta algo diferente a la que celebramos en occidente y la cual
se centra en desear que los hijos crezcan fuertes para enfrentar la vida.
Los padres japoneses tratan de transmitir a sus hijos el
poder de la determinación en el Kodomo no hi.
Durante la festividad, es común resaltar la gallardía y
fuerza de los guerreros samurai, exhibiendo en las casas pequeños muñecos que
representan antiguos héroes o representaciones a escala de los hermosos cascos y
armaduras de la época feudal. Esto se debe principalmente a que los padres
anhelan transmitir a sus hijos la fuerza y carácter necesario para que los
pequeños puedan sortear las dificultades que en algún momento les presentará la
vida diaria.
La cultura japonesa está llena de simbología, la cual muchas
veces es tan críptica que pasa totalmente desapercibida para los visitantes
extranjeros. . Los “Koi nobori” son mangas de seda con forma de “Koi” (pez carpa),
que se izan en un mástil a modo de bandera y se inflan con el viento; al
flamear pareciera que este pez adquiriera vida realizando sutiles movimientos
similares a los que el “Koi” ejecuta dentro del agua. En la parte más alta del
mástil se ubica una manga de colores que representa un dragón volador.
Posteriormente el “Koi nobori” más grande, que es una carpa negra, representa al
padre. A continuación se coloca una carpa roja más pequeña que representa a la
madre y tras ella se van ubicando los pequeños “Koi nobori” que representan a
cada uno de los hijos. La bandera de pez más grande realizada en Japón se iza
desde 1988 en la localidad de Kazo (Saitama); debido a sus 100 metros de largo
y 350 kilos de peso, requiere la fuerza de una gigantesca grúa para poder
elevarse y flamear con el viento
Pero independiente del fabuloso espectáculo que estas
banderas brindan en los días previos y durante el “Kodomo no hi”, lo más
interesante está en su trasfondo filosófico. Existe una antigua leyenda que
narra la existencia de una puerta mágica denominada Puerta del Dragón, la cual
estaba ubicada en la parte más alta de un caudaloso río. Aquel pez que pudiera
nadar contra la fuerte corriente y alcanzar el portal se transformaría en un
poderoso dragón. Cuenta la historia que muchos tipos de peces intentaron la
misión sin lograr el éxito, hasta que el “Koi” con su reconocida fuerza y
perseverancia pudo llegar hasta el final y transformarse en lo que los demás
peces no pudieron lograr.
Es mediante este tipo de leyendas que los padres japoneses
tratan de transmitir a sus hijos el poder de la determinación y la
perseverancia para poder enfrentar las adversidades que vayan encontrando
mientras crecen. Regalar este tipo de valores durante el “Kodomo no hi” no se
compara a ningún juguete de última moda que probablemente quede olvidado en el
armario al poco tiempo.
La verdad es que realmente se desconoce hasta que punto los
niños japoneses internalizan este tipo de sentimientos y lo cargan hasta la
adultez. No sé si la celebración del “Kodomo no hi” forja fuertemente a las
nuevas generaciones niponas, pero lo que sin duda es seguro es que nuestros
niños están cada vez más cerca de un materialismo sin límites, que si no tiene
el control, el amor y la guía a conciencia de los padres, provocará que estos
pequeños peces jamás puedan nadar hasta el final luchando contra la corriente y
lo más seguro es que terminarán en el fondo del río sin saber qué hacer,
esperando ser capturados por un algún pescador o devorados fácilmente por el
pez más grande.