
Sujata ordenó que llevaran mil vacas a un prado de jugosa hierba. con su leche alimentó a otras quinientas con cuya leche alimentó a otra doscientas cincuenta, y así sucesivamente, hasta que tuvo en su poder ocho vacas que daban leche muy nutritiva. La añadió un poco de arroz para hacer una ofrenda al bo y vio una figura bajo el árbol que, según creía, era el dios; pero en realidad era el mismísimo Buda, en el día de su iluminación. Llena de júbilo, Sujata le presentó su ofrenda, y aquel maravilloso alimento mantuvo durante 49 días al Buda, el tiempo que tardó en recibir la iluminación.