El ciclo mitológico.
El relato central del cuerpo de mitos irlandeses denominado por los especialistas como Ciclo Mitológico narra la Primero y Segunda Batalla de Magh Tuiredh (Moytirra). El mito trata sobre el enfrentamiento entre dos ejércitos de seres sobrenaturales y el establecimiento del órden cósmico y social.
El telón de fondo viene dado por el relato sobre cinco pueblos que invaden sucesivamente el país. En primer lugar aparece Cessair, hijo de Bith, hijo de Noé, cuarenta días antes del Diluvio. Perecen todos sus compañeros, salvo Fintan mac Bóchra, quien vive otros 5.500 años en forma de salmón, águila y halcón y actua como testigo de los subsiguientes acontecimientos.
La segunda invasión, 300 años después del Diluvio, corre a cargo de Partalón, descendiente de Jafet, hijo de Noé. Su pueblo establece un modo de vida ordenado: limpian y hacen habitables cuatro llanuras, descubren el ganado, construyen casas y elaboran cerveza. Los enemigos de esta raza son los formorianos, descendientes de otro hijo de Noé, Cam, a quien su padre maldijo. A consecuencia de dicha maldición, son seres monstruosos, de un sólo brazo y una sola pierna. Partalón y sus gentes son destruidos por la peste, no por sus enemigos, y sólo queda un superviviente, Tuan mac Sdairn.
Treinta años después de la invasión de Partalón aparece Nemhedh, cuyos descendientes son atacados con el paso del tiempo por los fomorianos en la isla que les sirve de fortaleza. La mayoría muere en el intento, pero quienes sobreviven a la batalla (treinta hombres) abandonan Irlanda y se dispersan: unos van a Gran Bretaña, las "islas septentrionales del mundo", y otros a Grecia.
Las dos siguientes invasiones están encabezadas por descendientes de Nemhedh. De quienes han sido reducidos a la esclavitud en Grecia proceden los FirBholg, los "Hombres de Bolsas o Sacos", nombre que reciben porque durante su exilio en Grecia los obligaron a dejar arable la tierra cubriendo las rocas con arena que llevaban en sacos. Tienen cinco jefes y dividen la tierra en cinco provincias, de donde deriva la división de Irlanda en Ulster, Leinster, Connacht, Munster y Meath, como centro. Dominan el país durante treinta y siete años e instituyen la monarquía. El último de sus reyes, Eochaidh mac Eirc, es el prototipo del buen monarca, que inicia una larga tradición en la que la fertilidad y justicia están vinculadas. En su reinado no llueve, tan sólo cae rocío, no hay ningún año sin cosecha y la falsedad es erradicada de Irlanda.
La quinta invasión corresponde a los Tuatha Dé Dannan, descendientes del pueblo que se autoexilia a las "islas septentrionales del mundo". Su llegada desencadena la Primera batalla de Magh Tuiredh, librada contra los Fir Bholg, en la que éstos son derrotados. Durante su estancia en las "islas septentrionales" los Tuathe Dé aprenden las artes de los druidas, la ciencia popular y los conocimientos demoníacos y llevan a Irlanda cuatro talismanes: La Piedra de Fál, que chilla cuando se sienta sobre ella un rey legítimo; la lanza de Lugh, que garantiza la victoria a quien la empuña; la espada de Nuadhu, de la que nadie puede librarse cuando se la saca de su vaina, y la Caldera del Daghdha.
La Primera Batalla, Sreng, un guerrero de los Fir Bholg, le corta el brazo derecho a la altura del hombro al jefe de los Tuatha Dé Dannan, Nuadhu, ocupa la jefetura y firma la paz con los Tuatha Dé, concediéndoles toda Irlanda excepto Connacht, que ocupa su propio pueblo, pero Nuadhu pierde el trono, porque un hombre con un defecto físico no puede reinar, y Bres ocupa su lugar.
Al poco tiempo Bres empieza a oprimir a su pueblo e incluso el Daghdha se ve reducido a escavar y construir una fortaleza para el monarca, Goirbre, un poeta, satiriza a Bres, quien se ve obligado a renunciar al trono y empieza a reunir un ejército de formorianos para luchar contra los Tuatha Dé. Mientras tant, el médico Dian Cécht fabrica un brazo de plata para Nuadhu, que recupera la corona pero abdica después en favor de Lugh, un forastero que impresiona a la corte de Tara con su destreza en todas las artes. Lugh sale victorioso de la Segunda Batalla y empuja a los formorianos al mar. Le perdona la vida a Bres, cuyo comportamiento ha desencadenado el conflicto, a cambio de que revele los secretos de la prosperidad agrícola, y el gran mito termina con dos profecías de Morrighan, diosa de la guerra, después de la batalla, una sobre el orden cósmico y la prosperidad y otra sobre el caos y el fin del mundo.
En la cosmología de La conquista de Irlanda, todas las invasiones preceden a la llegada de los gaélicos, los hijos de Míl. El hombre completo, Míl Espaine, es sencillamente un préstamo del latín miles Hispaniae, "soldado de Hispania" (se cree que Hibernia, término latino para designar a Irlanda, deriva del Iberia, o España). Los Hijos de Míl desembarcan en el suroeste de Irlanda en la fiesta de Beltane (1º de mayo) y vencen en combate a los Tuatha Dé Dannan. Después se dirigen hacia Tara e infligen la derrota final. A continuación, el poeta Amhairghin divide Irlanda en dos y adjudica la mitad subterránea del país a los Tuatha Dé Dannan, que se exilian a las montañas y regiones de las hadas.