sábado, 11 de febrero de 2012

Dioses, héroes y demonios.

Inari, Hachiman y los Oni.

El panteón sintoísta cuenta con una serie de divinidades importantes que no aparecen en los mitos mencionados  hasta el momento y una de ellas es Inari, dios del arroz. Estrechamente vinculado a Ogetsu-no-hime, diosa de la comida, se le rinde culto no sólo como deidad que garantiza una abundante cosecha de arroz, sino también como protector de la prosperidad en general, y en condición de tal, sobre todo por los comerciantes. El emisario de Inari es el zorro también llamado Kitsune y dos imágenes de este animal flanquean la efigie de Inari en todos sus santuarios. Por lo que se dice, la edad, la sabiduría y el poder de un kitsune son mayores a medida que aumenta el número de colas, siendo el más poderoso el kitsune de nueve colas. Se les representa de color blando y negro, siendo ambos colores de buen presagio.

En la antigüedad consideraban a Inari protector de los fabricantes de espadas, de los comerciantes y de los cultivadores de arroz. Entre otras deidades populares hemos de mencionar a Kamado-no-kami, dios de las cocinas, y a Ebisu, el dios que vigila el trabajo, y por último, a numerosas figuras históricas o semihistóricas. Una de las más importantes es el emperador Ojin (muerto hacia 394), famoso por sus hazañas militares y que fue deificado posteriormente con el nombre de Hachiman o Yawata-no-kami, dios de la guerra. En numerosas regiones del Japón aún se conserva la costumbre de que los jóvenes celebren su mayoría de edad (a los veinte años) con un ritual en uno de los múltiples santuarios consagrados a Hachiman.