El núcleo del Oriente Próximo se encontraba en la antigüedad en Mesopotamia, limitando al oeste por el río Eufrates y al este por el Tigris. Un pueblo semita, los sumerios, penetró por el sur de esta región en h. 3.300 a.C., y más adelantefue conquistado por unos invasores semitas, que habían ocupado Acad, al norte. El centro de poder de los invasores se hallaba en la ciudad de Babilonia, nombre con el que se conocía también a Sumeria y Acadia. En época posterior, los asirios que se habían asentado más al norte, en el valle del Tigris, conquistaron Babilonia y acabaron por establecer un gran imperio. En los alrededores de Mesopotamia existían las regiones de Asia Menor, Sria-Palestina y Persia, todas ellas bajo la influencia de la cultura y religión mesopotámica.
Los sumerios desarrollaron un sistema político y un cuerpo religioso que siguió constituyendo la base de la vida de Mesopotamia durante mucho tiempo. La sociedad estaba organizada en torno a la ciudad-estado, cada una de ellas con una deidad tutelar. La religión popular era animista: se creíaque el mundo estaba plagado de fuerzas misteriosase impredecibles. Se han conservado gran cantidad de textos que que consistían en conjuros para rechazar a los demonios, y también abunda la literatura de adivinación, con la que se esperaba predecir el futuro. Junto a este convivía la religión oficial, con sus grandes templos, sus complicados rituales y sus sacerdotes profesionales, de los que dependían el bienestar de la sociedad y el Estado. Los grandes dioses estaban organizados en un panteón, fruto de las especulaciones teológicas de los sacerdotes. El derecho al trono era un don divino, otorgado por el cielo: el bienestar de la nación iba unido al del rey, figura sagrada que desempeñaba el papel fundamental en las principales celebraciones religiosas.
La mayoría de los mitos surgió de los centros de escribas dependientes de los templos y se encuentran en las tablillas de arcilla (en la escritura cuneiforme desarrollada por los sumerios) que se han hallado en los archivos de ciudades como Ur, Babilonia y Nínive. En muchos casos, los textos -sofisticadas composiciones poéticas que narran las hazañas de un número limitado de deidades, así como motivos folclóricos y leyendas de héroes semidivinos- son fragmentariosy aún se debate su interpretación exacta.