
La mitología eslava se ocupa de seres sobrenaturales con quienes se encuentran los mortales, que casi siempre corren riesgos en tales encuentros. Se conservan los nombres de los dioses, pero poco se sabe sobre sus cultos, salvo en casos excepcionales, como el de la diosa de la fertilidad Malosh. Los cuentos populares reflejan las antiguas creencias relacionadas con ritos de tránsito o con el chamanismo. El Otro Mundo al que acceden los chamanes está habitado o custodiado por monstruos, y los cantos épicos cuentan que estos seres malignos, si bien obtienen su poder del Más Allá, abandonan esa región para amenazar a la humanidad en la tierra.
También se conoce el culto a los antepasados difuntos, quizás animales totémicos en sus orígenes, que desempeñan un papel fundamental en los cuentos y creencias populares actuales sobre los espíritus domésticos