Consortes humanos y divinos.
La mitología griega atribuye a Zeus una serie de aventuras amorosas con parejas humanas y divinas. A veces, por razones prácticas o para evitar la intervención de su celosa esposa, Hera, se veía obligado a adoptar formas distintas, como la de un animal, con el fin de aproximarse al objeto de su deseo. De todos modos, no podía presentarse ante los mortales en todo su divino esplendor porque la visión resultaba tan abrumadora que conllevaba la muerte instantánea, suerte que corrió Sémele, por ejemplo. A continuación ofrezco una lista de las relaciones más importantes de Zeus, las tres primeras parejas son divinas, las demás humanas.
Metis: Zeus se casó con Metis inmediatamente después de acceder al poder y la dejó embarazada. Gea y Urano había profetizado que Metis tendría hijos extraordinarios: una diosa, Atenea, que igualaría a Zeus en sabiduría, y un hijo que sería rey de los dioses y los hombres. Para evitar que nacieran, Zeus se tragó a Metis, y si bien el hijo no llegó a ser concebido, Atenea sí nació, con todas sus armas, de la cabeza de su padre.
Leto: Hija de los Titanes Ceo y Febe, Leto copuló con Zeus y concibió gemelos divinos, Artemisa y Apolo. Artemisa nació en Orgitia, pero Leto se vio obligada a viajar por el mundo, transida de dolor, en busca de un lugar para dar a luz a Apolo. Celosa, Hera impidió a su hija Ilitía, diosa de los partos, que oyese los lamentos de Leto, y sólo le permitió asistir al nacimiento cuando los habitantes de Delos, una isla del Egeo, accedieron a que Apolo viniera al mundo en su suelo. Por eso Delos se convirtió en uno de los principales centros de culto a Apolo.
Maya: Maya era hija del Titán Atlas y una de las Pléyades, siete ninfas a las que Zeus transformaría en estrellas más adelante. Vivía en una cueva oculta, lo que permitió a Zeus realizar su deseo sin despertar las sospechas de Hera. No se sabe nada más de Maya, salvo que de ella nació el dios Hermes.
Alcmena: Alcmena estaba casada con Anfitrión, rey de Tirinto, quien, al igual que ella, era descendiente de Perseo. Cuando Anfitrión se fue a la guerra, Zeus visitó a Alcmena adoptando la forma de su marido un día antes de que regresara. El dios prolongó la noche el triple de su duración normal para ampliar su placer, y cuando volvió Anfitrión le decepcionó la falta de ardor de su esposa, mientras que a ella le sorprendió que su marido pareciese haber olvidado los excesos de la noche anterior. Ambos acabaron por saber la verdad por la boca del profeta Tiresías, ciego y andrógino.
Alcmena tuvo gemelos. El mayor, hijo de Zeus, era Heracles, el más importante de los héroes, y el menor, de Anfitrión, Ificles, cuyo hijo Yolao, ayudaría a Heracles a matar a la Hidra de Lerna.
Dánae: Un oráculo le dijo a Acrisio, rey de Argos, que le mataría un hijo de su hija Dánae, y el rey la encerró en una torre o cámara de bronce de su casa. Zeus entró allí en forma de lluvia de oro y copuló con Dánae, que concibió y dio a luz a Perseo, a quien ocultó en la cámara para protegerlo de Acrisio. Pasados cuatro años, el rey descubrió la verdad y encerró a su hija y a su nieto en un cofre, que arrojó al mar; pero el cofre fue arrastrado hasta la orilla, y tras múltiples aventuras, Dánae y Perseo regresaron a Argos. Un día, cuando participaba en unos juegos, Perseo lanzó un disco que golpeó y mató a Acrisio, cumpliéndose así la predicción del oráculo.
Leda: Leda estaba casada con Tindáreo, rey de Esparta. Zeus fue a verla en forma de cisne, y al cabo del tiempo Leda puso dos huevos, de los que nacieron cuatro niños. De uno surgieron Polideuces, más conocido por su nombre latino, Pólux, y Helena, y del otro Cástor y Clitemnestra. Cástor y Polideuces, que aparecen juntos en casi todos los mitos, formaron parte de la tripulación del Argo encabezada por Jasón que fue en busca del Vellocino de Oro. Clitemnestra se casó con Agamenón, rey de Argos, y Helena con el hermano de éste, Menelao, rey de Esparta. Ambas desempeñan papeles importantes en la guerra de Troya y sus consecuencias: la fuga de Helena con el príncipe troyano Paris precipitó la guerra y Clitemnestra fue responsable del asesinato de su marido a su regreso triunfal de la batalla.
Sémele: Zeus tuvo una aventura, disfrazado de mortal, con Sémele, hija de Cadmo, fundador de Tebas. Celosa, Hera se disfrazó de anciana y persuadió a Sémele de que convenciera a su amante de que se presentara ante ella en todo su esplendor. Zeus accedió, de mala gana y consciente de que verle a bordo de su carro celestial, rodeado de rayos y relámpagos, resultaría excesivo para cualquier mortal: la desgraciada Sémele quedó reducida a cenizas, de las que Zeus rescató a su hijo nonato, Dioniso.
Estás son algunas de los muchos consortes que tuvo Zeus y mañana incluiré una tabla en la que aparecen los consortes de Zeus y sus hijos.