
Metis: Zeus se casó con Metis inmediatamente después de acceder al poder y la dejó embarazada. Gea y Urano había profetizado que Metis tendría hijos extraordinarios: una diosa, Atenea, que igualaría a Zeus en sabiduría, y un hijo que sería rey de los dioses y los hombres. Para evitar que nacieran, Zeus se tragó a Metis, y si bien el hijo no llegó a ser concebido, Atenea sí nació, con todas sus armas, de la cabeza de su padre.
Leto: Hija de los Titanes Ceo y Febe, Leto copuló con Zeus y concibió gemelos divinos, Artemisa y Apolo. Artemisa nació en Orgitia, pero Leto se vio obligada a viajar por el mundo, transida de dolor, en busca de un lugar para dar a luz a Apolo. Celosa, Hera impidió a su hija Ilitía, diosa de los partos, que oyese los lamentos de Leto, y sólo le permitió asistir al nacimiento cuando los habitantes de Delos, una isla del Egeo, accedieron a que Apolo viniera al mundo en su suelo. Por eso Delos se convirtió en uno de los principales centros de culto a Apolo.
Maya: Maya era hija del Titán Atlas y una de las Pléyades, siete ninfas a las que Zeus transformaría en estrellas más adelante. Vivía en una cueva oculta, lo que permitió a Zeus realizar su deseo sin despertar las sospechas de Hera. No se sabe nada más de Maya, salvo que de ella nació el dios Hermes.
Alcmena: Alcmena estaba casada con Anfitrión, rey de Tirinto, quien, al igual que ella, era descendiente de Perseo. Cuando Anfitrión se fue a la guerra, Zeus visitó a Alcmena adoptando la forma de su marido un día antes de que regresara. El dios prolongó la noche el triple de su duración normal para ampliar su placer, y cuando volvió Anfitrión le decepcionó la falta de ardor de su esposa, mientras que a ella le sorprendió que su marido pareciese haber olvidado los excesos de la noche anterior. Ambos acabaron por saber la verdad por la boca del profeta Tiresías, ciego y andrógino.
Alcmena tuvo gemelos. El mayor, hijo de Zeus, era Heracles, el más importante de los héroes, y el menor, de Anfitrión, Ificles, cuyo hijo Yolao, ayudaría a Heracles a matar a la Hidra de Lerna.
Dánae: Un oráculo le dijo a Acrisio, rey de Argos, que le mataría un hijo de su hija Dánae, y el rey la encerró en una torre o cámara de bronce de su casa. Zeus entró allí en forma de lluvia de oro y copuló con Dánae, que concibió y dio a luz a Perseo, a quien ocultó en la cámara para protegerlo de Acrisio. Pasados cuatro años, el rey descubrió la verdad y encerró a su hija y a su nieto en un cofre, que arrojó al mar; pero el cofre fue arrastrado hasta la orilla, y tras múltiples aventuras, Dánae y Perseo regresaron a Argos. Un día, cuando participaba en unos juegos, Perseo lanzó un disco que golpeó y mató a Acrisio, cumpliéndose así la predicción del oráculo.

Sémele: Zeus tuvo una aventura, disfrazado de mortal, con Sémele, hija de Cadmo, fundador de Tebas. Celosa, Hera se disfrazó de anciana y persuadió a Sémele de que convenciera a su amante de que se presentara ante ella en todo su esplendor. Zeus accedió, de mala gana y consciente de que verle a bordo de su carro celestial, rodeado de rayos y relámpagos, resultaría excesivo para cualquier mortal: la desgraciada Sémele quedó reducida a cenizas, de las que Zeus rescató a su hijo nonato, Dioniso.
Estás son algunas de los muchos consortes que tuvo Zeus y mañana incluiré una tabla en la que aparecen los consortes de Zeus y sus hijos.