viernes, 16 de marzo de 2012

Apolo.

El dios radiante.


Según el mito, Apolo era hijo de Leto y de Zeus y hermano gemelo de la diosa Artemisa. Nació en Delos, emplazamiento de la celebración más importante de su culto, razón por la cual también se le conoce como Apolo Délico. El otro emplazamiento del culto apolíneo era Delfos. Su abuela era la Titánide Febe y en ocasiones se le denominaba con la forma masculina de ese término, Febo ("Radiante"). En época posterior empezaría a asociársele con la luz y el sol.

Apolo posee una de las gamas más amplias de atributos divinos y su representación más extendida es la de un joven apuesto. Protector del tiro con arco, sus flechas llevaban enfermedad y calamidades a los humanos pero, paradójicamente, también es protector de la medicina y padre de Asclepio, el más grande de los médicos míticos. Protector asimismo de la música y de las artes, suele aparecer con una lira. Según ciertos mitos, el sátiro Marsias recogió la flauta que había maldecido Atenea y se atrevió a desafiar a Apolo a una competición musical. Al igual que la mayoría de los Olímpicos, Apolo detestaba que se pusiera en entredicho su poder, y cuando Marsias perdió, el dios ordenó que lo desollaran vivo por su insolencia.

Apolo vivió numerosas aventuras amorosas, la mayoría de las cuales acabaron trágicamente. Casandra, hija del rey  Príamo de Troya, accedió a entregarse al dios, quien en compensación le prometió el don de la profecía, pero como la muchacha no cumplió su palabra, Apolo añadió a su don el detalle de que nunca la creyeran.