La sirin es un ave del pantano con rostro de muchacha. A diferencia de otros seres mitológicos que surgen de la tradición popular eslava tiene orígenes griegos y llegó con los cristianos ortodoxos.
Claramente relacionada con la sirena griega, y gozaba de especial popularidad en Rusia, donde su imagen adquirió tintes cristianos y folclóricos. Al igual que su prototipo griego, canta exquisitamnete, pero no se la considera tanto un ser que induce a los marineros a una muerte acuática como un ave de felicidad y belleza, que desciende de los cielos a tierra en recompensa por una vida virtuosa. Quien escucha su canto lo olvida todo y después muere.