Los animales desempeñan un papel importante en la mitología de los nativos norteamericanos porque se cree que guardan un estrecho parentesco con los seres humanos. Según el mito, en la antigüedad, antes de que sobreviniera el cambio que los dejó para siempre con su identidad actual, las personas no se distinguían de los animales y podían transformarse a voluntad. Algunos pueblos de la costa noroccidental, por ejemplo, creen que sus antepasados fueron animales que desembarcaron en las playas despojados de su apariencia, convirtiéndose en humanos, y formaron los diversos clanes. Numerosos mitos de matrimonios entre humanos y bestias narran como se separaron ambas especies.
Según la creencia, no existe animal más próximo al hombre que el oso, que a veces camina sobre dos patas y tiene un esqueleto como el de las personas, pero de mayor tamaño. En numerosos mitos los osos aparecen como una raza con forma humana que se pone la piel que le es propia en público. Un mito del noroeste cuenta cuenta que Rhpisunt, la hija de un jefe, estaba un día cogiendo bayas cuando se topó con dos jóvenes que la llevaron a una casa, la morada de las personas-osos. En el interior habían un hombre gigantesco, el jefe oso, y por todas partes colgaban pieles de estos animales. Rhpisunt se casó con el hijo del jefe y tuvo oseznos mellizos.
Pasado el tiempo, los hermanos de Rhpisunt encontraron la osera en la que vivía la muchacha con su nueva familia, que regresó con sus hijos al poblado de su padre. Al despojarse de sus pieles, los oseznos resultaron ser dos apuestos muchachos, que crecieron y se hicieron excelentes cazadores. Cuando Rhpisunt envejeció y murió, sus hijos volvieron con los osos, y a partir de entonces los descendientes de Rhpisunt tuvieron buena suerte en la caza siempre que recordaban a los osos de la familia de Rhpisunt.
Se cazan y matan los animales según ciertos rituales y mitos. Puede haber en la tribu un amo o una ama de las bestias, que posee autoridad para retener las presas capturadas si los cazadores no han observado correctamente el ritual correspondiente. Se considera a las bestias fuente de importante de poder espiritual, y los chamanes cuentan con frecuencia con ayudantes animales, que transmiten sus poderes en el transcurso de los encuentros visionarios.