Existe un estrecho vínculo entre el
domovoi y diversos espíritus de la casa de labranza: el
dvorovoi, el
ovinnik y el bannik. La actividad del
dvorovoi se limita al corral; en lo demás se parece mucho al
domovoi. El
ovinnik, espíritu de la era, se muestra mucho más hostil con la humanidad, pues mantiene el carácter peligroso de la era. También presenta un aspecto hostil el
bannik, espíritu de la caseta de baños, lugar para la adivinación y la magia. La creencia en el
domovoi y el
bannik se conserva actualmente en las aldeas de Siberia.