viernes, 22 de marzo de 2013

Sureste Asiático.

El sureste asiático es una de las regiones con mayor diversidad cultural del mundo y su mitología refleja los múltiples niveles de la herencia cultural. En Laos, Tailandia, Vietnam y Kampuchea (Camboya) las doctrinas del budismo Theravada se impusieron al hinduísmo, extendido por toda la región desde la antigüedad, en el siglo XIV. Tras llegar a Java alrededor de 1600, el islam se convirtió en la religión dominante en el sureste asiático insular, donde ha recibido profundas influencias del hinduísmo y del budismo, así como de las creencias animistas más antiguas que aún perviven en las regiones más aisladas del interior.

A pesar de tal diversidad religiosa, existen ciertas ideas que confirman a la mitología del sureste asiático unos rasgos característicos. Las más generalizada es que el universo tiene múltiples niveles, en casi todos los casos siete encima de este mundo y otros siete debajo. Los correspondientes a la sociedad suelen estar conformados sobre las estructuras del universo, concepto que alcanza su mayor complejidad en el este de Indonesia. La idea de la unidad de todas las formas de vida está presente, al menos en cierto grado, en toda la región, de un modo especialmente explícito entre los aborígenes de Borneo y Malaya. En el mundo de las apariencias subyace una fuerza espiritual omnipresente, que permite la metamorfosis de ser humano en animal o planta u viceversa.

Para muchos pueblos aborígenes, la cabeza humana es un depósito especial de poder espiritual, y la caza de cabezas se practica frecuentemente en estas culturas, en la creencia de que los guerreros que apresan la cabeza de sus enemigos aumenta su poder espiritual.

Excepto los habitantes de las ciudades, los grupos dispersos de agricultores nómadas y de cazadores-recolectores de las selvas remotas de Malasia, Tailandia, Borneo y Filipinas, la inmensa mayoría vive en aldeas y depende del cultivo del arroz, circunstancias que se reflejan en los numerosos mitos sobre este cereal.

jueves, 21 de marzo de 2013

El canibalismo.

Los intercambios abutu, en los que los nativos de la isla de Goodenough compiten entre sí por presentar las mayores ofrendas hortícolas, comenzaron como ritual para satisfacer el apetito de Malaveyoyo, voraz canibal que, según la leyenda, asolaba el interior de la isla. Los nativos creían que si le daban suficientes productos vegetales no necesitría devorar humanos. El canibalismo aparece en la mitología de toda Oceanía, caracterizado por una fuerte hostilidad intersexual.

Muchos relatos de Papúa Nueva Guinea giran en torno al héroe que persigue a una mujer o un animal hasta una región despoblada y descubre que se encuentra en tierras de  caníbales, y sus tentativas, normalmente coronadas con el éxito, de librarse de sus garras constituyen el núcleo de tales narraciones. En Polinesia circulan numerosos mitos sobre mujeres caníbales de Tahití y las islas Chathan, al este de Nueva Zelanda. Un mito tahitiano narra la hisotia de la antepasada "Rona dientes Largos", cuya hija, Hina, era una hermosas joven que se enamoró de un hombre llamado Monoi. Rona lo apresó y se lo comió, pero Hina pidió ayuda a No'ahuruhuru, el "jefe velludo", para acabar con aquella caníbal insaciables.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Mito y magia.

Mitos vivientes en la isla de Goodenough.

Los kaluana de la isla de Goodenough, en Papúa Nueva Guinea, tiene un tipo de mitos, los neineya, que contienen sus fórmulas mágica más importantes, necesarias para controlar las condiciones atmosféricas, la fertilidad agrícola, las técnicas hortícolas y la supresión del hambre. Los relatos neineya sólo pueden contarse en público si en narrador omite los nombres y conjuros secretos y otros datos de significado mágico.

Tales mitos son propiedad de individuos, los magos más destacados de los diversos clanes, que los transmiten a sus herederos. Estos hombres, los toitave-alata ("los que cuidan la aldea") adoptan la personalidad de los personajes míticos y se sirven de la hechicería para fomentar el bienestar de la comunidad y también para atacar a sus enemigos, invocando la magia negra de la gula (tufo'a) y la hambruna (loka). Se atribuyen el origen de tales males a una deidad serpentina mítica llamada Honoyeta, que enviaba a sus dos esposas a trabajar todos los días y, en su ausencia, se desprende de su piel y se transforma en un apuesto joven. Una de sus esposas descubrió su secreto, destruyó su piel de serpiente y, en venganza, la deidad envió a la humanidad la sequía, el hambre y la muerte.

lunes, 18 de marzo de 2013

Cultos al cargamento.

La influencia europea.

Con el contacto con los europeos y su civilización surgieron en Oceanía nuevos mitos de forma espontánea y se transformaron los ya existentes para explicar el lugar de los recién llegados en el cosmos. Lo que más impresionó a los melanesios y otros habitantes de la región sobre aquellas gentes venidas del mar fue la increíble cantidad de productos que llevaban en sus barcos. Los nativos de Nueva Guinea, entre otros, llegaron a la conclusión de que los europeos estaban destinados a transportar su cultura, y el término "cargamento" se transformó del inglés pidgin en kago, palabra que significa "bienes", "pertenencias" o "riquezas".

Los melanesios creían que los occidentales poseían una magia y unos rituales especialmente eficaces para obtener tal riqueza e iniciaron una serie de "cultos al cargamento" con la intención de adquirir su conocimiento. Creían que les llevaría el kago un antepasado, un dios u otra figura venerada (en algunos casos incluso los patrones norteamericanos o europeos del jefe colonial local), una llegada anunciaría una nueva era de la abundancia, la justicia y libertad del dominio extranjero, y en consecuencia, las autoridades coloniales solían perseguir los cultos al cargamento.

Durante la segunda guerra mundial, muchos creyeron que Dios había enviado a los japoneses para ayudar a derrotar a los europeos, para que los nativos accediesen a las fuentes secretas del kago. Antes de convertirse al cristianismo, en la época anterior a la guerra, los habitantes de Vanuatu creían en la existencia de un ser llamado Karaperamun, del que procedían todas las cosas de la vida. En 1940 empezaron a apartarse de la Iglesia y a  resucitar las costumbres tradicionales, porque habían oído contar que había aparecido un tal "John Frum" encarnación de Karaperamun, portador de una nueva era de kago. Una noche, en el transcurso de una ceremonia tradicional, un hombre anunció que era una manifestación de John Frum y que se produciría una catástrofe natural, tras la cual surgiría un poderoso reino, la tierra se allanaría y daría más frutos, desaparecerían la enfermedad y la vejez y no habría necesidad de trabajar. Los europeos se marcharían y john Frum daría dinero a todos, según las necesidades de cada cual.

Al año siguiente, con el recrudecimiento de la guerra en el Pacífico, sobrevolaron Vanuatu muchos aviones y se extendió la creencia de que los aparatos eran las naves que transportaban el kago y la nueva era prometida. Desde entonces, numerosos individuos se han autoproclamado John Frum, conductor de los secretos del kago; pero,  con el desarrollo, los melanesios empezaron a comprender que sólo se pueden obtener tales riquezas trabajando en los términos económicos de los europeos.

jueves, 14 de marzo de 2013

Maui

El héroe embustero de Oceanía.

Quizás el ser mitológico de Oceanía más conocido en Occidente era Maui, embustero y héroe cultural polinesio cuyos actos, voluntarios o involuntarios, destruyen los esfuerzos de otros y provocan en estado actual de cosas. Es rebelde y seductor y derriba las jerarquías establecidas. Se burla de las convenciones del orden social y de las costumbres del tapu (tabu) y representa el poder del débil sobre el poderoso y del hombre corriente y el marginado sobre el privilegiado.

Maui nació prematuramente. Según la versión del mito que se cuenta en el atolón de Arawa, su madre lo envolvió en un mechón de su cabello y lo arrojó a las olas, pero lo salvó el sol, o Tama del Cielo, y volvió a reunirse con ella. Una de las primeras proezas de Maui consistió en retrasar el viaje del sol golpeándolo  con la mandíbula encantada de su difunta abuela con el fin de ofrecer a su madre más luz diurna para que confeccionase  tela de tapa (corteza de árbol). En el resto de la Polinesia se dice que Maui lo hizo para dar a la gente más tiempo para cocinar los alimentos.

Al igual que Souw y Sosson en Melanesia, Maui interviene en la pérdida humana de la inmortalidad, circunstancia que gira en en torno a un bochornoso incidente sexual. Maui va a los infiernos y se topa con Hine-Nui-Te-Po, la gigantesca diosa de aquel reino y de la muerte. Ordena a sus acompañantes, las aves, que guarden silencio mientras despoja a la diosa de sus ropas e intenta penetrarla, convencido de que así vendrá a la muerte. Pero una de las aves no puede contener la risa al ver a Maui medio atrapado en la inmensidad de la deidad, que se despierta y le mata. En la versión que se cuenta en Arawa, el propio padre de Maui le convence de que si penetra a la diosa durmiente por la vagina y sale por la boca obtendrá la inmortalidad. También en este caso un ave se echa a reir cuando Maui se esfuerza en penetrar en la diosa, que se despierta y lo mata, aplastándolo en el interior de su cuerpo. Ambos relatos tienen la misma conclusión: los humanos no pueden obtener la inmortalidad a causa de la transgresión de Maui.

Maui no siempre aparece como personaje subversivo. Se cuenta que también creo la tierra (es decir, las islas), que izó del lecho marino con su sedal . En la versión del mito del archipiélago de Tuomotuan, Maui acompañaba a sus hermanos a pescar en alta mar. Como al cabo de un buen rato no ha picado ningun pez, deciden echarse la siesta y mientras están dormidos Maui tiende su caña.

Cuando se despiertan los hermanos, tiran de la caña de Maui y descubren que ha cogido un pez tan grande que gritan, atónitos: "¡No es un pez, sino una isla!" El pez rompe el sedal y escapa y vuelve a ocurrir lo mismo otra vez, pero después Maui agarra el pez por un extremo y el animal se transforma en la isla de Hawaiki, o Te-ika-a-Maui, el Pez de Maui (en forma de Pastinaca).

La canoa que se empleó en esta excursión está varada en la cima del monte más alto de la isla, Hikurangi, y el anzuelo de Mauise transformó en la bahía de Hawke.

Otra de las hazañas de Maiu consistió en robar el fuego para los humanos a su guardiana, la heroína-antepasada Mahui-ike, que vivía en los infiernos, Maui la convenció de que se quitara sus uñas ardientes, fuente del fuego, hasta que sólo le quedó una que arrojó al suelo, provocando un incendio.

Maui convocó a la lluvia, que apagó las llamas, pero Mahui-ike salvó unas chispas lanzándolas a los árboles. Así, las gentes aprendieron a hacer fuego con leña.

lunes, 11 de marzo de 2013

Lono y la muerte del capitán Cook.

Según algunos expertos, tras el mito de Lono podría encontrarse la muerte del capitán Cook, navegante inglés  y primer europeo que llegó a las islas de Hawai.

Cook arribó a las islas en noviembre de 1778, en el momento que debía comenzar el circuito de Lono, y rodeó Hawai siguiendo las dirección de las agujas del reloj. Los hawaianos pensaron que aquel año Lono se presentaba en persona y cuando Cook desembarcó en Kealakekua lo escoltaron hasta el templo principal del dios, Cook les siguió la corriente a sus anfitriones, que estaban empeñados en enseñarle ciertas respuestas rituales, ignorando que representaban las palabras de Lono y que con su aptitud confirmaba la creencia de que era un dios. Por si fuera poco, cuando Lono tenía que morir y dirigirse a Kahiki, Cook anunció su inminente partida. Pero poco después decidió regresar a Kealakekua para reparar uno de sus barcos. Cuando llegó, el 11 de febrero de 1779, descubrió que los hawaianos se sorprendían y después se enfadaban, supuestamente porque Lono estaba muerto, y cien jefes, deseosos de que su dios muriera como era debido, dieron muerte al falso Lono con las dagas de hierro que les había regalado unos meses antes.

viernes, 8 de marzo de 2013

Ku y Lono.

El ciclo ritual de Hawai.

Aunque el desarrollo moderno ha empujado a la identidad lingüística y cultural de Hawai al borde mismo de la extinción, las islas poseían en la época precolonial una de las sociedades más extensas y sofisticadas de Oceanía. El año hawaiano se regía por la alternancia de los ciclos rituales del dios Ku (que representa la tierra y la guerra y es conocido en el resto de la Polinesia como Tu) y del dios Lono (que representa el cielo, la paz y los cultivos y se denominó Rongo en las demás regiones)

Según la creencia, los jefes encargados del culto a Longo tenían bajo su control la fertilidad de toda la isla. En invierno, la llegada de las lluvias señalaba el advenimiento de la época de Lono, que se celebraba con la fiesta de Makihiki, de cuatro meses de duración y fundada por la propia deidad, según la tradición. Sin embargo, fue el dios Paao quien estableció los ritos de sacrificiales asociados con la fiesta. Paao llegó a las islas de una tierra invisible allende los mares e inició una nueva religión y un nuevo linaje de jefes.

La idea de una clase dirigente fundada por unos extranjeros que derrocan a los jefes nativos es típicamente hawaiana, si bien la creencia, más general, de unos forasteros que vienen de ultramar está extendida por toda Polinesia y Micronesia.

El ciclo ritual de Lono comenzaba cuando la constelación de las Pléyades se hacía visible en el horizonte al atardecer a principios de otoño. En la primera parte de Makihiki se lleva la imagen del dios por las islas, siguiendo la dirección de las agujas del reloj: este circuito significaba que el rey hawaiano mantenía su dominio. En el camino, los jefes y reyes de las islas "alimentaban" ritualmente al dios y sus esposas le llevaban ofrendas con las esperanza de que Lono les concediera un hijo sagrado.

Una vez completado el circuito se devolvía la imagen de Lono al templo de origen, se le sometía a una "muerte" ritual y regresaba a su tierra invisible, Kahiki, dejando en su lugar al dios Ku. No se volvía a ver a Lono hasta que comenzaba de nuevo el ciclo de Makihiki, al año siguiente.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Arquitectura y mitología maoríes.

En la mitología maorí, el reino de los cielos tiene doce terrazas, en la más elevadas de las cuales se alza la morada divina, Rangi-atea, modelo de las viviendas de los jefes maoríes. Los paneles tallados de estas casas poseen un profundo significado mitológico y ritual.

Los maoríes creen que el dios Rua fue el primero que intentó realizar tallas decorativas. Las figuras de los paneles tallados maoríes presentan unos característicos ojos desorbitados, como el búho: Rongo, el artesano que creo este rasgo arquitectónico, sacrificó un búho a los dioses y lo plantó bajo el muro trasero de la casa. Las figuras también tienen lenguas protuberantes y el cuerpo tatuado. Las lenguas reflejan el poder de la palabra y los tatuajes el rango social de la figura.