martes, 13 de diciembre de 2011

Rama.

El avatar virtuoso.

Rama es actualmente una de las dos encarnaciones de Visnú más populares, a pesar de que su culto surgió más tarde que el de Krisna. Es el héroe del Ramayana (del que he extraído el siguiente resumen) y en el centro del texto, la historia de Rama presenta ciertas analogías con los mitos védicos de Indra: por ejemplo, recibe las armas mágicas de Indra, más adelante la ayuda del auriga de este dios y cuando mata a Valin  nos recuerda el solapado ataque de Indra contra Namuci. Su esposa, Sita, aparece en la literatura védica como el Surco deificado, la esposa de Indra.

Dasharatha, rey de Ayodhya que no tiene descendencia, realiza un sacrificio con el fin de se le conceda. A petición de los dioses, Visnú se encarna en los cuatro hijos que al fin tiene Dasharatha para matar a Ravana, el malvado rey de Lanka. De los cuatro, Rama y Bharata desempeñan los papeles principales, mientras los gemelos Lakshmana y Shatrughna se convierten en fieles compañeros de sus hermanastros. El sabio Visvamitra va a la corte para pedir ayuda a Rama en una misión contra los intrusos rakshas y, una vez coronada con éxito, lleva a Rama y Lakshmana a la corte del rey Janaka.

Aquí se nos habla del milagroso nacimiento de Sati y su adopción por Jakana, y del arco de Siva, que ningún hombre puede tensar. Rama no sólo lo tensa, sino que lo rompe y se casa con Sita.

Mas adelante, Dasharatha decide nombrar heredero a Rama, pero su madrastra se las ingenia para que lo suplante su hijo, Bharata, y para que los destierre a la selva durante catorce años. Rama prepara su partida sin protestar y se marcha en compañía de su esposa, Sita y de su hermano, Lakshmana. A pesar de la decisión de Rama de vivir ascéticamente, entra en escena su papel de guerrero al proteger a los indefensos sabios que habitan en las ermitas de la selva, Shurpanakha, la raksha femenina tan odiosa como adorable, traata de seducir a los hermanos y, furiosa por sus desdenes, ataca a Sita, tras lo cual Lakshmana la mutila en castigo. Shurpanakha se venga por mediación de su hermano, Ravana, rey de Lanka, a quien incita a que rapte a Sita, y Ravana disfrazado de mendigo, se lleva a Sita a Lanka.

Angustiados, Rama y Lakshmana se ponen a buscar a Sita y durante la búsqueda se encuentran con Hanuman, ministro de Sugriva, el rey de los monos exiliado. Sugriva obtiene la ayuda de Rama para expulsar a su hermano Valin, que había usurpado el trono, y Rama mata a éste. Tras múltiples peripecias Hanuman descubre dónde han llevado a Sita. (En el culto desarrollado de Rama, Hanuman constituye el modelo del servicio fiel a la deidad).

Mientras Rama y los simios súbditos de Sugriva se dirigen al sur, los rakshas se preparan para la guerra. El relato continua con una larga serie de combates que acaba con la muerte de los rakshas mas temibles a manos de Rama, Lakshmana y los jefes de los monos. Por último, sólo queda Ravana. Su duelo con Rama se prolonga pero cuando Rama recibe ayuda por mediación divina del carro y del auriga de Indra, también Ravana muere. Rama duda de la fidelidad de Sita y la rechaza fríamente, tras lo cual Sita se somete a la ordalía del fuego. Los dioses se aparecen a Rama y le revelan que en realidad es una encarnación de Visnú y el dios del fuego devuelve a Sita a su marido, sana, salva y exculpada. También Dasharatha se aparece a sus hijos, les bendice, y le dice a Rama que regresa a Ayoidhya  y reanude su reinado, pues ya han expirado los catorce años de exilio. Rama reina con justicia durante mil años.