miércoles, 9 de noviembre de 2011

Sumeria y Babilonia.

Mitos de las primeras ciudades.

Hasta el presente siglo no se ha podido apreciar el verdadero significado de la civilización, la religión y la mitología sumerias. Los rasgos principales de la cultura mesopotámica, como la ciudad-estado, la monarquía, el panteón, el templo y su culto son creaciones de los sumerios, y sus características esenciales permanecieron inalteradas en el transcurso de la historia de Mesopotamia.

Los textos cuneiformes que contienen los mitos sumerios se escribieron durante el reinado de la III dinastía de Ur, o en la época siguiente, en diversas ciudades de la región. Hemos de destacar los de la biblioteca de Nippur, supremo centro religioso de Sumeria, pero no cabe duda de que los mitos se remontan a una época muy anterior. Con la posible excepción de Egipto, podría asegurarse que representan la mitología más antigua del mundo.

En estos textos, los escribas y pensadores de la III dinastía de Ur dejaron constancia de un sistema cosmológico y teológico que pasaría a ser credo y dogma fundamentales del Oriente Próximo. En muchos casos, los documentos planteaban dificultades de interpretación, y los mitos sumerios no presentaban uniformidad, ya que los principales centros religiosos desarrollaron ciclos independientes con deidades propias como protagonistas. No obstante, la mitología que evolucionó con los sumerios tiene un carácter homogéneo y ofrece un cuadro de un orden mundial armónico en última instancia, en el que la creación y el panteón surgieron pacíficamente del mar primigenio, el hombre fue hecho para servir a los dioses y el universo puede controlarse y mantenerse gracias a unos decretos divinos inmutables, los me.

Los mitos babilónicos reflejan un universo impredecible, que planteaba interrogantes cruciales a la humanidad: ¿cómo pueden afrontar los hombres las actividades imprevisibles de los dioses (tema de los mitos del Diluvio)? ¿por qué no disfrutan los hombres de la inmortalidad, que los dioses guardan tan celosamente para sí  (tema de la epopeya de Gilgamesh)? Sobre estos dos puntos trata el relato de Adapa.

Uno de los Siete Sabios de la prehistoria (poderosos seres a los que se evocaba en los ritos mágicos), Adapa, era sacerdote de Ea en la ciudad de Eridu. En una ocasión, el viento del sur volcú su barca de pesca. Adapa maldijo al viento y le impidió que soplase, de modo que la tierra no recibía la humedad que traía. Anu, dios supremo, llamó a Adapa al cielo para que se justificase, y el patrón de éste, Ea, le aconsejo cómo podía aplacar al dios y le dijoque no bebiera ni comiera nada que le ofreciera, porque sería la comida y la bebida de la muerte. Pero le engañó, porque Anu quiso darle a Adapa el agua y el alimento de la vida, que le proporcionarían la inmortalidad, como a los dioses.

Cuando Adapa rechazó los regalos, Anu se echo a reir y le devolvió a la tierra. No se conserba el final de la historia pero, posiblemente, Anu, otorgó privilegios especiales a Eridu y sus sacerdotes, mientras que imponía enfermedades y demonios como destino común de los mortales, males que podía combatir Adapa con sus poderes mágicos.

Otro mito babilónico importante, pero también fragmentario, es la historia de Zu, adaptación acadia de un mito sumerio de época anterior. El dios-ave Zu que moraba en los infiernos, robó al dios Enlil la Tablilla del Destino, que otorgaba a quien la portaba el dominio sobre el universo. Anu pidió a dos dioses que le mataran, pero éstos se negaron, temerosos del supremo poder que poseía Zu. Por último aparece el héroe: Marduk según las fuentes babilónicas, Lugalbanda en Sumeria. No se conservan los detalles de la derrota de Zu, pero de un cilindro-sello se desprende que compareció ante Ea, representado como dios del agua, para ser juzgado.